Zack Snyder continúa labrando su carrera en el campo de las adaptaciones cinematográficas de cómics con 'Batman v. Superman', como ya hiciera anteriormente en películas como 'Watchmen' o 'El hombre de acero'. El director cimenta su cine en un apartado visual tan absorbente y cuidado como, en ocasiones, vacuo.

En 'El amanecer de la justicia' el ritmo de las viñetas se intenta trasladar a la pantalla mediante una narración a base de elipsis, fundidos, flashbacks y pocos momentos de respiro para el espectador. Y es que el principal problema de la obra está en la sala de montaje, con escenas que poco aportan a la resolución de la historia y otras mostradas de forma atropellada. Un mal trabajo que se traduce en una primera hora de metraje demasiado centrada en dibujar la personalidad de Batman y Superman que en explicar lo que ocurre.

Incluso con estos lastres, 'El amanecer de la justicia' acierta al no caer en los clichés propios del género. Warner Bros ha impregnado la película de un tono serio, oscuro y maduro que supone un contrapunto frente a su principal competidora. Si las obras de Marvel se caracterizan por un enfoque familiar y sus personajes resuelven cada situación con un chascarrillo, Snyder nos presenta a superhéroes atormentados y con un dudoso sentido de la justicia. Es tan potente el mensaje que transmite –el de una sociedad que teme a sus héroes por lo que son capaces- que incluso se puede perdonar la inexpresiva interpretación de Ben Affleck o el histrionismo de Jesse Eisenberg.

A pesar de los más que evidentes fallos, en estas producciones prima el divertimento por encima de la coherencia narrativa. 'Batman v. Superman' entretiene, hay momentos de lucidez e incluso invita al espectador a ser benévolo con los errores de su metraje. No es la obra definitiva de DC en el cine, pero es un primer paso en la búsqueda de identidad frente al cine de Marvel.