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Voto de Pedro Triguero_Lizana:
8
Drama En un país regido por una corrupta democracia, donde el gobierno utiliza a la Policía y al Ejército para erradicar cualquier amenaza izquierdista, un diputado de la oposición es asesinado en plena calle cuando acababa de presidir un mitin de carácter pacifista. De la investigación del caso se encarga un joven magistrado, consciente de que se trata de un crimen político cometido por dos sicarios a sueldo. Al mismo tiempo, un ambicioso ... [+]
3 de junio de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por fin he podido ver esta película, puntal del cine de denuncia y del cine político en su día, y me ha gustado mucho, aunque con matices. Por un lado, el reparto agrupa a buena parte de la plana mayor del cine francés de la época. No obstante, el personaje de Irene Papas es completamente innecesario, y si se eliminaran todas sus escenas, la película no se resentiría en absoluto. Jacques Perrin, además de su labor como actor, se embarcó en la tarea de producir el film, en régimen de coproducción entre Francia y Argelia (el rodaje se llevó a cabo en este último país).

Es habitual entre los que escriben sobre cine y son de derechas, cuando valoran una película que ofrece un enfoque que puede considerarse de izquierdas, que se apresuren a decir que esa película es maniquea. Pues bien, en el caso de "Z" tenemos una película de izquierdas que no es maniquea, y que, desde un estilo seco y conciso, reconstruye un caso real, el asesinato de un político pacifista griego, Lambrakis, en 1963, según la novela de Vassili Vassilikos, adaptada por el español Jorge Semprún. En ningún momento se especifica el país en el que transcurre la acción, pero se sobreentiende que es Grecia, la Grecia de los años previos al golpe de estado que, en 1967, dio lugar a la "dictadura de los coroneles".

La fuerza de las imágenes y de la historia es tan grande que hace que este film sea más que la reconstrucción de un asesinato político, más que un excelente ejemplo de cine de denuncia. Lo que consiguen Costa-Gavras y Semprún desde el compromiso de las izquierdas es analizar el funcionamiento de una democracia limitada, como la de Grecia en los años previos al golpe militar del 67; estudiar el ejercicio del poder en un régimen político que aparenta ser una democracia, y, en realidad, no lo es. En el país de "Z" -basado en la realidad, aunque no tenga nombre- la connivencia entre la policía, el ejército, el gobierno y la casta política dirigente, y la clase judicial, es tan grande, que la democracia se convierte en una farsa. Sólo la alianza entre la prensa, ayudada por algunos testigos valientes, y los partidos políticos de la oposición, puede sacar la verdad de los hechos a la luz de una opinión pública que no se deje manipular.

Mientras haya democracias limitadas, corruptas, o débiles, "Z" seguirá siendo una película de actualidad, y de obligada visión.
Pedro Triguero_Lizana
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