Para mí es una película interesante, intrigante, estimulante, pero ni mucho menos perfecta. A Juan Diego Botto no se le entiende la tercera parte de sus diálogos, y además sobran diálogos y falta acción. El final es insatisfactorio. La ambientación, el vestuario, los detalles, están bastante cuidados, pero al conjunto le falta alma, capacidad de convicción, a pesar de buenos actores como Carmelo Gómez, o Víctor Clavijo. El interés de la película está en el contexto histórico en el que se sitúa la acción, no en las historias personales que se describen, poco trabajadas.

La División Azul, como tema, es en sí tan interesante como para acaparar el argumento de una película, y de varias, y no hace falta añadirle a la historia una trama detectivesca un tanto artificial. En el cine español nunca se ha tratado lo suficiente, ni desde una perspectiva objetiva y profunda, la participación española en el frente oriental de la Segunda Guerra Mundial.