Aunque sea un clásico del cine de acción, realmente es más una parodia, pero sin pretenderlo del todo. Provoca risas y no siempre de forma intencionada, aunque está claro que sus autores querían darle un marcado tono humorístico. Es ese tipo de película que resulta tan forzada que lo cómico ya no es cómico sino freak, que acabas viéndola para echarte las risas con sus momentos exagerados, sus interpretaciones salidas de madre (como ese villano de Vernon Wells que parece un payaso de circo hasta arriba de speed) y sus frases célebres como "Me acuerdo de ti, tío mierda" o "¿Recuerdas que te dije que te mataría el último? Te engañé". Además, puede que sea la película que inventase aquello del héroe que se carga a ejércitos él solo sin que le de ni una bala perdida.

Vista de esa forma sigue resultando un visionado divertido pese a la cargante presencia de Rae Dawn Chong. Por lo demás, sí que tiene acción (aunque con coreografías de risa, un montaje de amateur, mucho cartón piedra, dobles y maniquíes nada disimulados...) y es entretenida, lo que pasa es que la trama elegida es dramática (el secuestro de una hija) pero a la vez es imposible tomársela en serio como película de acción por su excesiva y constante caricatura (por cierto, me encanta la reacción de sudada absoluta del prota cuando al principio le dicen que todos sus amigos han sido asesinados). Si vas a hacer una parodia es mejor utilizar una trama desenfadada (como en El último gran héroe, por poner un ejemplo del mismo Schwarzenegger), porque si no es como que la historia va por un lado y el tono por otro. En fin, no es de las buenas de Arnold, pero tampoco de las malas y es una peli de culto a su manera.

Nota: 5,5