Aunque aquí la puntuación media hace pensar lo contrario, creo que El reino de los cielos tiene aspectos sobresalientes tanto en su factura como en su fondo. Me ha gustado especialmente ese idealismo que desprende la película a través de la exaltación de valores como la conciencia, el honor, el respeto al contrario, el alma inquebrantable, la piedad...; valores que el autor nos presenta como el verdadero “reino de los cielos”. Es muy interesante también el contexto histórico de las Cruzadas en el que se desarrolla la historia y, concretamente, las luchas por la toma de Jerusalén.

Quizá al principio los acontecimientos se suceden de forma algo precipitada. Pero cuando la acción se sitúa en Jerusalén, la película gana intensidad y alcanza toda su grandeza con una espectacular batalla, en la que la acción se une a la emoción y en la que Baliant y Saladino, dos personajes antagónicos, son presentados como hombres de honor. La película está llena de detalles y frases memorables, pero entre las muchas escenas dignas de elogio, destacaría especialmente una que, en mi opinión, refleja perfectamente el espíritu de esta película (spoiler). Mención aparte merece también la preciosa banda sonora, que engrandece aún más la película.

Comparto en parte la opinión de los que afirman que el papel le queda algo grande a Orlando Bloom que, aunque encaja bien en el aspecto místico del personaje y en las escenas de acción, creo que le falta más fuerza y expresividad. Por lo demás, es una película con interesantes personajes bien definidos y buenas interpretaciones.

Imprescindible para los amantes del cine épico clásico con fondo. Pocas veces podemos disfrutar de películas de esta magnitud.