En apenas 3 minutos tenemos, primero una presentación en tono jocoso de las singularidades de Staten Island con respecto a los demás estados de Nueva York y luego ya en un tono más descriptivo conocemos a 3 de sus habitantes, Parmie Tarzo (Vincent D'Onofrio), un jefe local mafioso con intención de crecer en lo suyo, Sully Halverson (Ethan Hawke), un limpiador de fosas sépticas que espera un hijo y Jasper (Seymour Cassel), un carnicero sordomudo que trabaja para el mafioso en truculentas tareas.

A partir de aquí y mediante la interacción de los 3 personajes (cada uno con sus diferentes motivaciones vitales), tenemos un thriller fatalista de vidas cruzadas que aunque en principio apunta a comedia costumbrista, acaba transformándose en una digna y hasta si me apuran brutal (poca violencia que estalla de forma seca) historia de ajustes de cuentas, narrada a través de saltos adelante y hacia atrás en la acción, con una estructura en cuanto a presentación de personajes y acción que hemos visto en la también de Ethan Hawke, "Antes que el diablo sepa que has muerto 2007".

Escrita y dirigida por James DeMonaco en lo que es su opera prima como director (como guionista su pluma ha estado detrás de esa entretenida mini serie de acción para televisión con John Leguizamo, "The Kill Point", de la puesta al día del digno remake, "Asalto al distrito 13, 2005" y de la magnífica "El negociador 1988") nos encontramos ante una película que si bien durante gran parte del metraje se deja ver y nada más, se eleva a interesante y hasta si me apuran buena en ese magnífico final a cargo del gran Seymour Cassel (puede que sea por lo que de entrañable para el amante del cine tiene este hombre o por lo justitos que andan Ethan Hawke y Vincent D'Onofrio con sus también justitos personajes).