Se apagan las luces del cine, comienza la película, me agarro a la butaca esperanzado, pero con algunas dudas acerca del director. Me horrorizó Saw, me gustó Silencio Desde el Mal, y me lo pasé bien con Insidious. Pero claro no llegaba a terminar de redondear sus películas para que terminaras de salir de la sala acojonado y encantado a partes iguales, con las pulsaciones aceleradas, y el paladar saboreando ese manjar cinematográfico. Y señores con The Conjuring, lo consiguió, aun recuerdo los temblores de mis piernas y la sonrisa en mi boca, justo cuando me encendía un cigarro y les comentaba a mis amigos:
-Es una obra maestra.
A lo que ellos asentían con la cabeza y disfrutaban igual que yo del momento inigualable, que es salir del cine, sabiendo que lo que acabas de presenciar tiene pinta de llegar a ser un clásico de magnitudes comparables a lo que fué en su época El Exorcista.

Gracias señor Wan por haberme metido el miedo en el cuerpo, y hacerme disfrutar del terror con la maestría que sólo pueden realizar los genios como usted.

Preparen compañía, apaguen las luces de su casa, disfruten del género más honroso de la industria cinematográfica,y cuando terminen de ver la película no se les ocurra dormir solos.