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España España · ZARAGOZA
Voto de MAMBA NEGRA:
5
Comedia Richard, Gilles y Philippe han sido amigos durante casi medio siglo. Un verano, deciden hacer un viaje en yate a Córcega con sus novias. Pero la convivencia a bordo no siempre es fácil. Especialmente porque cada pareja tiene sus propios problemas, pero también porque tendrán que afrontar cambios inesperados en el estado de la mar. Entre bromas y veras las quejas y los celos salen a la superficie, obligando a cada uno a revisar tanto su ... [+]
5 de agosto de 2016
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay ciertos géneros y temáticas que, en función de las preferencias personales de cada espectador, parten con cierta ventaja. A mí me sucede con las que plantean reencuentros de amigos. “Reencuentro” de Lawrence Kasdan y “Los amigos de Peter” de Kenneth Branagh son las dos primeras que me vienen a la cabeza sin necesidad de devanarme mucho los sesos, pero si me pongo a pensar con la ayuda de un gin tonic, seguro que me saldrían muchas más. Por ejemplo, por buscar un referente más cercano a la película de la que hoy les hablo, tenemos “Pequeñas mentiras sin importancia” de Guillaume Canet con la que comparte nacionalidad de la misma forma que yo la comparto con Amaral y por eso le tomo prestado el título.

“Entre amigos” es una película francesa de Olivier Baroux, conocido humorista francés que desde hace unos años dirige e incluso escribe, como sucede en esta ocasión, en colaboración con Eric Besnard y Richard Grandpierre. Llegados a este punto, y dada la confianza que tengo con ustedes (al fin y al cabo ya he compartido muchas intimidades) y aunque esto me pueda suponer una reprimenda de mi director, les confesaré que lo de “conocido humorista francés” lo he sacado de Internet. Yo no tenía el gusto. Tras una ardua tarea de investigación que espero sea valorada como se merece, he deducido que es un estilo a Andrés Buenafuente. Empezó en la radio y no tardó mucho en formar pareja con Kadour Merad y a este hombre sí que lo conozco, ¡toma ya!, porque se prodiga mucho más en la pantalla y por ejemplo fue el padre del protagonista en “Le petit Nicolas”. En cualquier caso habrá que ver cómo evoluciona Monsieur Baroux porque, de momento, se le ve algo bisoño.

Daniel Auteuil, conocidísimo y solvente actor francés que cuenta entre sus muchos logros con dos César por sus intervenciones en “Jean de Florette” y “La fille sur le point”, dos premios del cine europeo por “Caché” y “Un corazón de invierno” y haber estado casado con Enmanuelle Beart entre 1993 y 1995, da vida a Richard, un cincuentón con pasta que decide invitar a dos amigos de la infancia para disfrutar de una travesía en barco con sus parejas. El viaje está salpicado de mil y un infortunios que pretenden dar a la película un tono de comedia con unos cuantos gags que escapan de la bufonada arrancando alguna sonrisa pero que resultan insuficientes para llevarla a las cotas más altas del género. Cuenta igualmente con un puñado de conversaciones que tratan de profundizar en temas como el paso del tiempo, la fidelidad, las relaciones de pareja, la sinceridad…pero que al estar todo impregnado de una discreta comicidad, no permite escarbar y sacar algo de jugo. Una lastima. Siendo una temática atractiva y presentando un correcto guión en el que la acción va avanzando con bastante fluidez a pesar de determinados momentos inverosímiles, la película no resulta notable porque no acaba de posicionarse claramente siendo muy evidente que su realizador se mueve con muchísima más comodidad en el terreno de la comedia.

A Daniel Auteuil le acompañan un elenco de veteranos secundarios del cine francés: Gérard Jugnot, François Berléand, Zabou Breitman, Mélanie Doutey, Isabelle Gélinas y Jean-Philippe Ricci, todos muy correctos y alejados de un histrionismo tentador en este tipo de filmes.


Los aspectos técnicos pasan desapercibidos, tanto para lo bueno como para lo malo, pero quizás merezca una mención especial Martin Rappeneau quien dota a su partitura de un punto de nostalgia que marida maravillosamente con el propósito de la película.

En definitiva, nos encontramos ante un trabajo que si bien no es nada innovador, se ve con una sonrisa en la boca y es posible que hasta te permita identificarte y verte retratado junto con un par de amigos (yo tengo claro a cuál de mis grupos se parece) y que solo naufraga cuando pretende ponerse trascendente ya que uno no puede evitar recordar las películas mencionadas al principio o escenas concretas de “El cazador” de Cimino, “Sleepers” de Barry Levinson o “Erase una vez en América” de Sergio Leone, por nombrar unas de las muchas que, como diría el maestro Tarantino, no es que sean otra liga diferente a la de “Entre amigos”; es que son otro jodido deporte.

Lo mejor.- El género.
Lo peor.- Cuando pretende ser profunda.
MAMBA NEGRA
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