Media votos
6,1
Votos
3.886
Críticas
57
Listas
15
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Space is the Place:
9
7,6
32.727
Drama
Georges y Anne, dos ancianos de ochenta años, son profesores de música clásica jubilados que viven en París. Su hija, que también se dedica a la música, vive en Londres con su marido. Cuando, un día, Anne sufre un infarto que le paraliza un costado, el amor que ha unido a la pareja durante tantos años se verá puesto a prueba. (FILMAFFINITY)
18 de noviembre de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En mi opinión Michael Haneke logra, una vez más, ponerte los pelos como escarpias. También consigue, sin lugar a dudas, otra enrome película. ¿Cuántas van ya? Tenemos Funny Games (la primera versión original), La Pianista, Caché (para mí, la más mediocre de todas), La cinta blanca (extremadamente formidable rozando, si no lo hace, la perfección) y ahora Amor (si falta alguna es que no la he visto).
La historia es conmovedora, dulce y agria. Violenta y tierna a partes iguales. Lo planos son fijos, estáticos sin demasiados o ningún movimiento de cámara. De ésta manera, somos espectadores de todo lo que sucede sin distracción alguna. La película es pausada y consigues quedarte de forma alguna en un estado de hipnosis, la banda sonora, casi inexistente. Solo hay banda sonora musical en momentos clave. La música es clásica, solo de piano, es dramática y melancólica que fortalece, engrandece y enfatiza aún más las secuencias. Amor va directo al grano, sin florituras.
Una pareja de ancianos, de unos 80 años y exprofesores de música, regresan a casa después de oír un recital de piano del que fuera uno de sus alumnos. La pareja se la ve feliz, no discuten, se quieren. Son de esos entrañables matrimonios longevos que son agradables y les rodea la dicha. Felices porque la vida se ha portado bien con ellos, felices porque se aman, es amor lo que tiene el uno con el otro. Se les ve cultos, inteligentes y disfrutan hablando de arte, música… Es suficiente con ver los primeros veinte minutos de metraje para darse cuenta de ello.
Un día cualquiera la vida te da un giro inesperado y tu apacible vida se transmuta en algo sombrío, desagradable y oscuro. Es lo que le pasa al matrimonio creado por Haneke. La mujer Anne, encarnada por Emmanuelle Riva, sufre una enfermedad en la que poco a poco su cuerpo irá padeciendo parálisis, dolores excesivos y delirios casi permanentes, su cuerpo quedará prácticamente en estado vegetativo. Su marido interpretado por Jean-Louis Trintignant tendrá que hacerse cargo de ella y todo lo que conlleva cuidar a tu mujer anciana cuando uno está en edades realmente complicadas.
La película es dura, nada de tonterías. Haneke ya nos tiene acostumbrados a este tipo de escenarios. Hay momentos fatigosos, pero también muy realistas. En absoluto cae el dramatismo facilón de lágrima fácil. Los diálogos siempre tenaces, despreciables y ruines, pero dichos de forma muy natural.
El escenario sucede en la casa, nada de exteriores, con lo cual, la sensación que ejerce en el subconsciente del espectador es claustrofóbica. Solo los ancianos y ese enorme piso de estilo clásico lleno de libros y cultura. La fotografía es preciosa, como siempre. La música, fabulosa. Las interpretaciones, lo mejor del filme. Hay que remarcar a Emmanuelle Riva increíble y, por supuesto creíble su actuación. Estamos ante una obra maestra, una más de Michael Hanake.
La película es trágica como lo es también el amor.
-Dirección: 10
-Guion/Historia: 8,5
-Fotografía: 8
-Interpretaciones: 10
-Banda Sonora: 8
-Producción: 8
-Sensación/satisfacción personal: 9
-Entretenimiento: 8
Total: 8,6
La historia es conmovedora, dulce y agria. Violenta y tierna a partes iguales. Lo planos son fijos, estáticos sin demasiados o ningún movimiento de cámara. De ésta manera, somos espectadores de todo lo que sucede sin distracción alguna. La película es pausada y consigues quedarte de forma alguna en un estado de hipnosis, la banda sonora, casi inexistente. Solo hay banda sonora musical en momentos clave. La música es clásica, solo de piano, es dramática y melancólica que fortalece, engrandece y enfatiza aún más las secuencias. Amor va directo al grano, sin florituras.
Una pareja de ancianos, de unos 80 años y exprofesores de música, regresan a casa después de oír un recital de piano del que fuera uno de sus alumnos. La pareja se la ve feliz, no discuten, se quieren. Son de esos entrañables matrimonios longevos que son agradables y les rodea la dicha. Felices porque la vida se ha portado bien con ellos, felices porque se aman, es amor lo que tiene el uno con el otro. Se les ve cultos, inteligentes y disfrutan hablando de arte, música… Es suficiente con ver los primeros veinte minutos de metraje para darse cuenta de ello.
Un día cualquiera la vida te da un giro inesperado y tu apacible vida se transmuta en algo sombrío, desagradable y oscuro. Es lo que le pasa al matrimonio creado por Haneke. La mujer Anne, encarnada por Emmanuelle Riva, sufre una enfermedad en la que poco a poco su cuerpo irá padeciendo parálisis, dolores excesivos y delirios casi permanentes, su cuerpo quedará prácticamente en estado vegetativo. Su marido interpretado por Jean-Louis Trintignant tendrá que hacerse cargo de ella y todo lo que conlleva cuidar a tu mujer anciana cuando uno está en edades realmente complicadas.
La película es dura, nada de tonterías. Haneke ya nos tiene acostumbrados a este tipo de escenarios. Hay momentos fatigosos, pero también muy realistas. En absoluto cae el dramatismo facilón de lágrima fácil. Los diálogos siempre tenaces, despreciables y ruines, pero dichos de forma muy natural.
El escenario sucede en la casa, nada de exteriores, con lo cual, la sensación que ejerce en el subconsciente del espectador es claustrofóbica. Solo los ancianos y ese enorme piso de estilo clásico lleno de libros y cultura. La fotografía es preciosa, como siempre. La música, fabulosa. Las interpretaciones, lo mejor del filme. Hay que remarcar a Emmanuelle Riva increíble y, por supuesto creíble su actuación. Estamos ante una obra maestra, una más de Michael Hanake.
La película es trágica como lo es también el amor.
-Dirección: 10
-Guion/Historia: 8,5
-Fotografía: 8
-Interpretaciones: 10
-Banda Sonora: 8
-Producción: 8
-Sensación/satisfacción personal: 9
-Entretenimiento: 8
Total: 8,6
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Escena dura cuando la mujer (en un estado deplorable y vegetativo) grita exhausta de dolor (¡duele!, ¡duele!...) El marido con tal de tranquilizarla le cuenta una historia entorno a su infancia, simplemente para que ella dejara de llorar de dolor y su mente se relajase. Al fin consigue que su mujer entre en un estado de calma y sosiego. Cuando su marido Georges finaliza su historia, sin comerlo ni beberlo agarra de forma inesperada un cojín que descansaba junto a su mujer. Con fuerza estruja el cojín en la cara de su esposa provocándole la muerte.
Georges quería que su mujer dejara de sufrir. Él hizo, en pocas palabras, lo que su mujer quería. Ahora podrá, al fin, descansar en paz.
Dejo aquí un extracto de la crítica (siempre fabulosa) de Carlos Boyero:
“....un hombre que cuida con ternura, impotencia y progresiva desolación a la mujer de su vida, que comparte con ella recuerdos felices, sabiendo en el fondo y transmitiéndonos a los espectadores que su último acto de amor será irremediablemente trágico”.
Georges quería que su mujer dejara de sufrir. Él hizo, en pocas palabras, lo que su mujer quería. Ahora podrá, al fin, descansar en paz.
Dejo aquí un extracto de la crítica (siempre fabulosa) de Carlos Boyero:
“....un hombre que cuida con ternura, impotencia y progresiva desolación a la mujer de su vida, que comparte con ella recuerdos felices, sabiendo en el fondo y transmitiéndonos a los espectadores que su último acto de amor será irremediablemente trágico”.