Tercera entrega del ogro más tierno de DreamWorks. Como suele ocurrir en todas las películas de animación, mientras unos hacen arte con el ordenador, otros tienen tiempo de currarse los guiones para hacer reír a todos los públicos. Aunque carece de la novedad del primero, y abusa de las mejores bromas de las dos anteriores, sigue mereciendo la pena seguir las aventuras de este original personaje y su peculiar visión del mundo de los cuentos y el famoseo barato. No coincido con una frase de J. R. Jones del Chicago Reader: "Los cinéfilos disfrutarán de los guiños que contiene, pero si eres cinéfilo... ¿Por qué te molestarías en ver esto?". ¿Acaso sólo existe un tipo de cine para aquellos que lo amamos?, qué triste, es como si por saber disfrutar de la buena comida y los platos más elaborados ya no pudiéramos saborear una buena tapa... Yo desde luego me apunto a la variedad, donde dicen que está el gusto, que por supuesto es mío.