La historia de los X-Men en el cine es prácticamente paralela al de Spiderman ya que ambas sagan se anticiparon al "boom" de super-héroes que se reinició grácias al avance tecnológico en efectos especiales. En ambos casos se realizaron 3 películas, y en ambas sagas ha habido un "reboot", aunque en el caso de Spiderman se ha vuelto sobre los mismos pasos, en el caso de los mutantes el salto ha sido mucho mayor.

El, de momento, responsable de la saga, Brian Singer, decidió empezar a contar la historia de los X-Men desde el principio, arrinconando los sucesos de las tres anteriores películas, e integrando a sus personajes principales dentro de la propia historia, hablando de temas tan conocidos como la crisis de los misiles de Cuba, el asesinato de Kennedy, Vietnam, Nixon, e introduciendo la cuestión mutante como si fuera una más de las que se tratasen en las administraciones. Aunque pocas pegas se le pueden poner al trabajo de Matthew Vaughn, Singer ha decidido coger los mandos de la dirección para narrar una nueva aventura de los muntantes, que arranca en un futuro apocalíptico en el que los mutantes están siendo perseguidos y aniquilados, y del que escaba Logan/Lobezno (de nuevo interpretado por Hugh Jackman) para llegar a 1973 y tratar que Charles Xavier (el del pasado interpetado por James McAvoy y el actual por Patrick Stewart) y Erik/Magneto (interpretados por Michael Fassbender e Ian McKellen), unan sus fuerzas para evitar un suceso que será el detonante de la situación actual.

Lo primero que hay que resaltar es el buen trabajo de guión realizado, en el que intervienen Simon Kinberg, Jane Goldman y Matthew Vaughn, en el que se tiene cuidado de mantener una coherencia argumental con respecto al film anterior, en especial cuando la acción se traslada a 1973, varios años después de los sucesos narrados en la primera parte. Mientras los acontecimientos se van desarrollando, el espectador va obteniendo información de lo que ha ocurrido en el lapso de tiempo que en el film queda elidido. Algo parecido a lo que sucede en el inicio del film que tiene lugar varias décadas adelante en el tiempo. La exposición es clara y concisa, sin necesidad de liar innecesariamente al espectador. También ayuda el hecho que se mantienen prácticamente las mismas caras no sólo de la primera parte del "reboot" sino de las entregas anteriores, con la (re)aparición de Ellen Page, Anne Paqui, Halle Berry, a los que hay que sumar a Jennifer Lawrence o Nicholas Hoult que ya aparecieron anteriormente. Y sin olvidar nuevos personajes como son los interpretados por Omar Sy o Evan Peters. De esa forma, el universo de los X-Men mantiene la integridad en todos los frentes.

Por otro lado, los responsables de la saga (en buena medida Singer), mantienen una estructura parecida en la que las escenas de acción no tienen tanto protagonismo como el desarrollo de una trama que tiene más de "thriller" político que de "actioner" en el que se recrean las acciones que terminan con ciudades arrasadas. Además se sigue mantiendo la idea del miedo por parte de la sociedad a todo aquello que es diferente, y que en muchos casos determinan las políticas de los estados, de forma que palabras y conceptos como "evolución", "extinción", "dominio de la raza superior" o "guerra defensiva", subyacen en la historia.

Brian Singer y compañía nos ofrecen un film que seguramente conseguirán la aprovación de los fans del cómic (aunque siempre quedará algún recalcitrante), y al mismo tiempo atraer nuevos espectadores a una historia que no se les hará ajena aunque no hayan seguido sus evoluciones sobre el papel. Lo mismo que se consigue el complicado equilibrio entre lo que no deja de ser un "blockbuster" en toda regla, con un film que tiene una estructura sólida que no queda oculta bajo los fuegos artificiales de los efectos especiales. No era fácil conseguirlo tras la primera parte, pero lo han conseguido.