El protagonista del film es Scottie (James Stewart), un policia retirado debido a un problema de vértigo (como bien nos ilustra Hitchcock en el excelente prólogo sin palabras), el cual recibe el encargo de un antiguo compañero de estudios de vigilar a su mujer, Madeleine (Kim Novak). Bajo la apariencia de una trama cercana al misterio y la intriga, tan habituales en el cine de Hitchcock, éste construye un film denso, complejo, en el que ningún detalle es dejado al azar. Ni siquiera la enfermedad de Scottie.

La película está estructurada en dos partes claramente diferenciadas. Durante la primera mitad, vemos a Scottie al seguir los pasos de Madeleine, cuya figura parece envuelta en un halo de misterio que le acaba atrapnando. En la segunda mitad, la obsesión de Scottie por Madeleine llega a unos límites totalmente enfermizos, llegando a convertir a Judy (también interpretada por Kim Novak) en un doble exacto de Madeleine. A mitad de metraje, todo parece terminar para empezar desde cero. De esta forma, lo que parecía un film de intriga, queda desactivado en su segunda mitad, centrándose casi exclusivamente en la obsesión enfermiza de Scottie de recuperar a la mujer de la cual se ha enamorado. Hitchcock nos ofrece una visión, no sólo perturbadora sino bastante pesimista del amor tal y como lo entendía el británico.

Ambos protagonistas son incapaces de amar, Scottie no está tan enamorado de la mujer en sí, sino de su imagen, su recuerdo, y de la fascinación que ejerce sobre él, y sólo se interesa por Judy en la medida en que esta le recuerda a la otra mujer que para él fue siempre inalcanzable. Madeleine/Judy, por su parte, aunque también enamorada de Scottie, tampoco puede corresponder a ese amor, puesto que su relación se basa en el engaño. Lo que había expresado Hitchcock en otros films de forma algo más sutil, adquiere la forma más terrible en esta historia descorazonadora, y al mismo tiempo fascinante.

No sólo el film es perfecto a nivel argumental, sino que el apartado técnico es ejemplar. Todo el film demuestra una excelente planificación. Desde la primera secuencia muda, hasta el momento qe aparece el personaje de Madeleine, pasando por una segunda parte donde las sombras y los espacios cerrados se van apoderando del relato. Tambien hay que destacar la excelente interpretación del dúo protagonista, sobretodo de James Stewart demostrando su gran calidad como actor, sin desmerecer el trabajo de Novak, marcada para siempre con este papel. Pero no podemos olvidarnos de la excelente banda sonora compuesta por Bernad Herrmann cuya partitura ayuda en gran manera a proporcionar al film ese halo misterioso y fascinante que nos atrapa totalmente al igual que Scottie es atrapado por la imagen de una mujer.

Con este film, Hitchcock llegaba a la cima de su estilo como realizador. Se puede intentar imitarlo. Muchos lo han hecho, aunque pocos lo han conseguido, pero lo que nunca podrá hacerse es llegar a igualarlo.