El realizado Zack Snyder nos ofrece una historia de su cosecha. El núcleo central de la misma está sacado de la imaginación del personaje principal, Baby Doll (Emily Browning), quien para evadirse de la realidad, convierte la institución psiquiátrica en la que está internada contra su voluntad, en una especie de burdel en el que convive con otras chicas (interpretadas por Vanessa Hudgens, Abbie Cornish, Jena Malone, Jamie Chung), y que a su vez, para conseguir escapar del "garito", deben superar unas misiones muy especiales y a cual más fantasiosa.
Una vez liberado del "corsé" de Miller del de Moore, que aportaba la seguridad de una historia sólida y un "storyboard" ya hecho pero al mismo tiempo vampirizaba al director, por fin podemos ver de lo que es capaz el realizador por sí. Hay que decir, que imaginación y gusto estético personal no le faltan. La trama fabricada por Snyder se mueve en diversos escenarios, los cuales tienen su propia personalidad estética bien diferenciada. Desde la oscura mansión donde arranca el film, a la sórdida institución mental donde su protagonista es internada, pasando por el curioso cabaret y sobretodo sin descuidarse de los escenarios de las misiones que realizan el grupo de jovencitas. Aunque de nuevo vuelve a usar la técnica del croma, en esta ocasión, Snyder ha dosificado la técnica.
Si nos quedaba alguna duda, el realizador nos acaba de dejar claro su gusto por las historietas con cierto aire sórdido y algo transgresoras, porque lo que nos ofrece en esta película es justamente eso. Pero no sólo eso, sino que combina esos elementos con otros más modernos dando como resultado una especie de film de aire post-moderno, con ciertos toques apocalípticos y estética de manga y sobretodo de videojuego.
Hay que reconocer que la mezcla le funciona bien a Snyder. No cabe duda que nos ofrece un film diferente a lo que estamos acostumbrados, con una acción desbordante, con mucha imaginación y un especial cuidado estético. ¿Hay algún problema? Desde luego para un espectador adolescente, toda esta estética, esta acción, aderezada además por una banda sonora que remezcla al uso alternativo melodías conocidas, y sobretodo el ver a un grupo de chicas de buen ver, con un vestuario que se encuentra en la frontera de lo políticamente correcto, dando patadas y partiendo en dos con una katana orcos, nazis post-modernos, máquinas, etc, le será difícil encontrar pegas.
Para un espectador algo más adulto seguramente encontrará más de una laguna en el guión y no acabará de entender más de un pasaje, y sin duda su visión será la de una película inconsistente, visualmente desbordante pero hueca por dentro, con cierta retirada al trazo grueso e incluso a la puerilidad. Se trata de una película que si te dejas llevar y no le buscas muchos peros, puedes pasar un rato entretenido.