El realizador británico Ridley Scott vuelve a la gran pantalla adaptando un guión escrito expresamente para el cine por parte del reconocido escritor Comarc McCarthy. La sombra de McCarthy se proyecta a lo largo de todo el metraje con una historia que alterna las evoluciones de un grupo de personas de negocios que se mueve por lujosas viviendas,vehículos ostentosos y locales exclusivos, entre las que podemos encuentrar un abogado (Michael Fassbender), su mujer (interpretada por Penélope Cruz) y algunos de sus clientes, como un ricachon llamado Reiner (Javier Bardem), su pareja Malkina (Cameron Díaz) y Westray (Brad Pitt) una especie de intermediario. Paralelamente vamos siguiendo la estela de un camión y su cargamento por las fronterizas carreteras entre Estados Unidos y México cuya resolución tendrá consecuencias entre los personajes principales.

Fiel a su gusto estético, Scott establece ambas tramas como si tuvieran lugar en planetas diferentes, el más luminoso y ostentoso para el abogado que interpreta Fassbender y el círculo por el que se mueve habitualmente que contrasta con el sucio y semioscuro en el que se mueven los traficantes. Por algunos momentos, el film recuerda a "Revenge" de Tony Scott, su hermano fallecido recientemente.

Sin embargo, los principales méritos del film no se encuentran en su apartado visual, conseguido sin lugar a dudas, puesto que estamos hablando de un realizador que le dedica mucha importancia a este apartado. Ni siquiera en las interpretaciones con un Fassbender más flojo de lo que es habitual en él, un Bardem que debería exigir por contrato que no le tocaran el cabello, y una Penélope Cruz de nuevo en un papel de "mujer florero" sin apenas trascendencia que demuestra que su carrera fuera de nuestro país, puede ser bastante glamourosa pero a nivel artístico sigue sin conseguir un papel en el que brille por su composición más que por su figura. Sólo se salvan, por lo pelos, un Brad Pitt que sabe darle el tono cínico que su personaje requería y una Cameron Díaz que brilla con luz propia sin ser aparentemente un personaje principal. El gran activo de esta película es el mundo que recrea McCarthy aderezado con su peculiar mirada crítica, en especial al grupo que encabeza el abogado, los cuales no son retratados con ninguna complacencia. Lo interesante es comprobar como pese a la aparente diferencia entre este mundo más "glamouroso" y el los traficantes, ambos se rigen por las misma normas: ninguna. La secuencia de unos guepardos amaestrados cazando conejos en el desierto no es en absoluto gratuita. En el fondo, en este mundo que nos ha tocado vivir, todo se reduce a cazar o ser cazado.

Sin embargo, la puesta en escena de Ridley Scott no consigue conectar con el espectador. Pese al buen reparto del que dispone, y un buen guión en el que McCarthy vuelca su mirada negativa llegando hasta el nihilismo, da la impresión que el realizador rebaja considerablemente esta carga, dando como resultado una película plana, casi una sucesión de imágenes en cierta forma inconexas.Se puede afirmar que se trata de una película incompleta, poco cohesionada. Ignoro hasta que punto la desaparición de su hermano, Tony Scott, cuya influencia, no acreditada se dice que fue importante en la filmografía de Ridley, ha afectado al conjunto del film, pero juzgando únicamente lo que se puede ver, la conclusión es que se trata de un film que genera unas espectativas que al final no se acaban cumpliendo.