¿Se puede hacer una película medieval con música rock? sí, se puede si eres Brian Helgeland.
Lo que no se comprende es que alguien que escribió el guionazo de una obra maestra como L.A. Confidential pasara de eso a esto. Destino de caballero es una película más o menos entretenida, sí, de acuerdo. Eso es innegable. Pero los toques anacrónicos dan bastante vergüenza ajena, dura más de dos horas (indefendible duración), y nunca llegamos a saber si de verdad esto va en serio o es una absoluta trolleada del realizador. Sea como sea, el guión es bastante pobre y no provoca ninguna emoción, a pesar del esfuerzo de algunos buenos actores que pasean por allí, como Paul Bettany, Mark Addy o Rufus Sewell en su enésimo rol de villano.
Regularcilla.