Cómo entrenar a tu dragón 2 va a ser la mejor película animada de 2014. Pero de calle. Al menos en lo que se refiere al circuito comercial y estadounidense.
Y lo va a ser por razones obvias y con todo merecimiento. La calidad de la animación no tiene parangón, y en esta ocasión la belleza de las imágenes es casi insuperable y mucho mayor que en la primera película. Hay tantos vuelos en dragón, tantos planos en picado, tanto color, tanta perfección en las texturas, que uno casi no sabe dónde mirar. El diseño de personajes sigue siendo también excelente, con el gran Desdentao (el dragón que todos querríamos de mascota y de amigo) a la cabeza de un grupo de seres humanos y animales absolutamente extraordinarios y carismáticos. Es estupendo también el giro familiar de la trama, con el personaje a quien pone voz Cate Blanchett, y la apuesta de Dean DeBlois como guionista por acentuar el drama y dejar claro que ser un héroe no es fácil y que las desgracias acechan por doquier.
Sin embargo, hay algo que impide que esta secuela esté el nivel de su extraordinaria primera parte o que muchas de las películas de la casa rival, Disney/Pixar. La historia de Cómo entrenar a tu dragón, como la de casi todas las secuelas del mundo, es más ambiciosa que la de su predecesora, y eso tiene cosas buenas (las mencionadas) y cosas no tan buenas. Es posible que la narración sea más profunda, dramática y, en una palabra, mejor que en la anterior película, pero no llega ni de lejos al encanto que tenía aquella, más sencilla y natural, en la que todo fluía sin esfuerzo. Esta secuela resulta más forzada, más pensada y más artificial en las emociones que quiere transmitir (atención al acontecimiento que sacude el mundo de Hipo). Además, hay personajes desaprovechados, principalmente Astrid, cuya frescura se echa mucho de menos.
En definitiva, una gran película de animación que pierde sin embargo puntos con su predecesora porque deja más indiferente de lo que debería. Veremos qué nos depara la tercera parte.

Lo mejor: La animación, la aventura que propone y el diseño de personajes.
Lo peor: Le falta algo de corazón y de encanto.