17 de junio de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Amanece en Edimburgo es una agradablísima y bella fábula sobre el poder del amor y cómo lo puede todo, por terrible que sea el problema. Y si es con la música de Proclaimers, mejor que mejor.
La película es realmente un crowd pleasure innegable, una inyección de buen rollo gusten o no las canciones de los gemelos escoceses, y una de esas películas preciosas que levantan el ánimo en momentos difíciles. Además, los actores se lo pasan bomba y contagian su entusiasmo al público con actuaciones realmente emocionantes, y el guión presta la misma atención a todas las tramas sin descuidar ninguna (y hay unas pocas... los dos amigos, las consecuencias de la guerra, los romances juveniles, el secreto del padre, las turbulencias entre los padres de Davy, el futuro de Liz...). La película tampoco es ninguna obra maestra y lo cierto es que es tópica hasta la extenuación y no arriesga nada, pero tampoco lo pretendía, y lo cierto es que el resultado es verdaderamente encantador.
Porque todos recorreríamos 500 millas por lo que de evrdad importa y por quienes nos importan... o 500 más... o 5000.... tararata...
Lo mejor: Su buen rollo y la música
Lo peor: No es ninguna maravilla
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