Ésto sí es comedia. La comedia total.
Una sucesión infinita de gags inspirados, frases míticas, escenas que se van superando unas a otras. Es la perfección hecha comedia, con su planteamiento, su cuidadísimo y tronchante desarrollo, su clímax descacharrante y su desenlace, coronado por el legendario diálogo entre Jack Lemmon y Joe E. Brown ("¡Que soy un hombre!" "Bueno, nadie es perfecto!"). Es un puzzle en el que no sólo no falta la más mínima pieza, sino que multiplica su belleza cuando al fin se acaba.
Y si a todo ésto le sumamos el trío mítico que conforman Marilyn (nunca estuvo más encantadora. Guste o no, marcó una época), Curtis (soberbio) y Lemmon (absolutamente maravilloso), pues para qué queremos más.
Perfecta.

Lo mejor: Todo.
Lo peor: Nada.