No se puede negar que La diligencia es una película muy mítica.
Antes de La diligencia, el western no era nada dentro del panorama cinematográfico. John Ford es seguramente la figura más mítica del género. La diligencia nos presentó Monument Valley como gran plató natural para cintas del Oeste. También conocimos a John Wayne gracias al personaje de Ringo. En definitiva, La diligencia es un western fundacional y una película única dentro de la historia del cine.
Sin embargo, no se debería confundir eso con su verdadera altura cinematográfica como película en sí. La verdad es que, vista hoy, ha envejecido un poco mal, y para durar solamente 90 minutos llega incluso a hacerse pesada en algunos tramos, lo cual no es buena señal.
Aun así, merece la pena verla, resulta simpática y es una gran opción para pasar el rato.

Lo mejor: Es un conjunto de mitos andantes.
Lo peor: Tiene más nombre que verdadero talento