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Voto de Sibila de Delfos:
8
Thriller Un respetado abogado americano (Fassbender) decide participar por primera vez en una operación de tráfico de drogas en la frontera mexicana con el fin de conseguir dinero para casarse con su novia (Penélope Cruz). Sus contactos con los cárteles son Reiner (Javier Bardem), un capo de la droga muy enamorado de su chica, la sexy y ambiciosa Malkina (Cameron Diaz), y Westray (Brad Pitt), un intermediario amigo suyo. Primer guión ... [+]
14 de diciembre de 2013
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por primera vez en mucho tiempo, Ridley Scott no es el principal protagonista y atractivo de su película.
Scott, le pese a quien le pese, le escueza a quien le escueza, se lleven o no las manos a la cabeza los detractores de Robin Hood y Prometheus, es un genio y un maestro de la imagen y lo visual, pero aquí, en El Consejero, sabe perfectamente que su elegante mano (perfectamente visible, a pesar de todo) no es la protagonista. Esto es una película de Cormac McCarthy, tanto da que él no dirija la cinta ni se ponga detrás de la cámara. Es McCarthy, uno de los mejores novelistas de las últimas décadas, quien asume el protagonismo aquí con su primer guión exclusivo para cine. Y qué duda cabe de que El Consejero, en parte, sólo en parte, es puro McCarthy. Los diálogos cuidadísimos (y en este caso largos, en contraposición con lo que ocurre en La Carretera, su obra maestra), el ritmo pausado (que no aburrido... la película, para quien esto firma, no es aburrida en absoluto), la narración contemplativa que ha de disfrutarse y desmenuzarse sin prisas, el aura indescriptible pero palpable de cielo e infierno que siempre desprenden las historias del bueno de Cormac, de peligro y belleza entremezclados de una forma que casi duele físicamente al lector/espectador... todo lo que hace grande a McCarthy está en El Consejero. En otras palabras, se nota que el guionista es novelista también, y además un maestro.
Pero hay cosas que le han fallado al maestro esta vez. La primera es que en ningún momento El consejero da sensación de ser realmente una película. Hay personajes, sí, algunos de ellos muy interesantes (el anónimo protagonista, Malkina, Westray) y otros algo innecesarios (Laura, Ruth), y les ocurren cosas, pero continuamente existe la impresión de que McCarthy y Scott se relamen demasiado en las perlas de guión que son los diálogos y les interesa más escuchar hablar a los personajes que contar una verdadera historia. Y esto lleva al segundo gran fallo de la película: no hay emoción ni verdadera tensión. No es país para viejos, sin ser ni de lejos tan excelente película como se dijo en su día, tenía al spectador constantemente en tensión, temiendo por Llewellyn Moss. Lo que hacía tan grande a La Carretera era que, sin necesidad de echar mano de cursiladas y con enorme crudeza, hacía un canto al amor y la humanidad de los que ya no quedan. Nada de eso existe en El Consejero. Por eso antes se decía que es puro McCarthy en parte, porque los mimbres de la cesta están ahí, pero le faltan toneladas de la visceralidad y la emoción que desprenden siempre las páginas de las novelas. Y eso que se marca la película algunas de las muertes más impactantes del cine reciente, aparte de una muy valiente escena de sexo. Y qué media hora final. Para enmarcarla, y eso sí hay que reconocérselo.
Afortunadamente, Scott demuestra una vez más su ojo clínico para escoger actores. No sólo logra de Javier Bardem una de sus mejores y menos irritantes y exageradas interpretaciones, sino que saca un enorme partido a la buena química entre los siempre excelentes Brad Pitt y Michael Fassbender, y sobre todo le permite a Cameron Diaz demostrar lo que siempre se ha sabido: vale para mucho más de lo que ha hecho. O será que necesita un director maestro a su lado que la guíe como hace Scott aquí o como hizo Scorsese en Gangs of New York. Penélope Cruz también molesta menos que de costumbre, pero su personaje es tan insulso y aporta tan poco que no hay demasiado margen.
En definitiva, un ejercicio de virtuosismo narrativo que no es exactamente una película hecha y derecha pero se deja ver bien y deja un regusto a producto inteligente en el paladar. Que hoy en día es mucho decir, oigan.

Lo mejor: Los diálogos y el reparto, especialmente Diaz, Pitt y Fassbender. Y muy especialmente el tercio final. Impagable.
Lo peor: No emociona, no intriga demasiado y no deja huella como otras obras de su guionista.
Sibila de Delfos
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