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Voto de Sibila de Delfos:
6
Drama. Comedia Crónica de la rivalidad existente entre el ex-tenista profesional, de 55 años, Bobby Riggs, y su oponente de 29 años de edad, la carismática tenista Billie Jean King, quienes se enfrentaron en un partido legendario en 1973. Se quería entonces conocer si una tenista profesional femenina podía realmente vencer a un hombre (aunque fuera ex-profesional), un evento que atrajo a más de 50 millones de estadounidenses y que se publicitó como ... [+]
18 de enero de 2018
31 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
La tercera película de Jonathan Dayton y Valerie Faris es también la menos lograda. Pero claro, veníamos de Pequeña Miss Sunshine y Ruby Sparks. Palabras mayores.
La batalla de los sexos detalla la victoria de Billie Jean King sobre Bobby Riggs en un partido de tenis que dio la vuelta al mundo y que aún hoy sigue envuelto en misterio y polémica sobre las razones por las que King ganó. Obviamente, el interés de la cinta no es el tenis, sino el discurso feminista, ya que lo que animó a King a competir con Riggs fueron las continuas manifestaciones que este y otros hombres hacían sobre la manifiesta superioridad femenina en el tenis y en la vida. Y es cierto que la película no es demasiado imparcial. King es una heroína, y los directores quieren que el público la acompañe. Riggs, por el contrario, es retratado como un bufón que continuamente hace comentarios machistas. En tiempos como los que vivimos, cuando la concienciación sobre el feminismo y las agresiones machistas están en su punto álgido, con todo Hollywood levantado en armas contra los abusos y acosos, es una película que ha llegado en el momento justo, para relatar una anécdota con un significado que va mucho más allá del tenis y el deporte.
Con todo, la película no es una obra maestra, ni mucho menos. Es simpática, sí, y entretiene a pesar de su muy alargado metraje, pero no pasa de ser sencillamente eso, un entretenimiento con mensaje. Lo mejor sin duda es la descripción de las vidas personales de los dos tenistas, y muy especialmente las escenas entre King y su amante (estupenda Andrea Riseborough) son las que encierran más emotividad y auténtica emoción (ver cuando, sin que nadie las oiga, justo antes del gran partido, se dicen que se echan de menos). Y por supuesto lo mejor también es la excelente calidad del trabajo de Steve Carell y Emma Stone. Ambos están fantásticos, él en la comedia y ella en el drama (ver cuando llora de emoción al final del partido), y forman una gran pareja.
Una cinta correcta, pero nada más.

Lo mejor: Carell y Stone
Lo peor: Le sobra metraje y le falta emoción
Sibila de Delfos
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