Cuando vi la portentosa Memento, escrita y dirigida por Nolan, pensé he aquí el nuevo portento del cine que estabamos esperando. Una película impactante tanto por la tensión, el suspense y en última instancia dramática reflexión sobre la frágil condición del ser humano.
Cuando vi que su segunda película (Insomnio) no solo era un thriller de encargo con psicópata al uso, y encima protagonizada por el inefable Robin Williams me pareció una traición bastante lamentable. La película una vez vista confirmaba las dotes narrativas de Nolan pero esta vez al servicio de una historia al uso del consumidor bastante inverosímil.
Cuando su siguiente proyecto fue rescatar a Batman, ya la cosa se puso realmente chunga.
Y si es cierto que Nolan consigue en Batman Begins rescatar al hombre murciélago de la mediocridad en que había sido sumido por una saga cada vez más lamentable. Pero poco más.
Su último film a la espera de Batman 2 según Nolan, es está chorrada de magia con un final de timo de trilero.
Alucino leyendo todas las críticas maravillosas, como si la buena ambientación, la rivalidad de los protagonistas, y la tramposa pero amena narrativa, justificasen semejante engañufa.