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España España · san sebastian
Voto de Izeta:
8
Drama Es la época de la unificación de Italia en torno al Piamonte, cuyo artífice fue Cavour. La acción se desarrolla en Palermo y los protagonistas son Don Fabrizio, Príncipe de Salina (Burt Lancaster), y su familia, cuya vida se ve alterada tras la invasión de Sicilia por las tropas de Garibaldi (1860). Para alejarse de los disturbios, la familia se refugia en la casa de campo que posee en Donnafugata en compañía del joven Tancredi (Alain ... [+]
1 de diciembre de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lujosa superproducción que recrea una novela de Lampedusa, un escritor de origen siciliano, descendiente de una de las aristocráticas familias de las que nos habla el autor y testigo válido por tanto, para hablar con conocimiento de causa de los acontecimientos que se sucedieron en la época de la unificación de Italia, al mando de Garibaldi y en la que retrata el final de una era, los últimos vestigios de una aristocracia terrateniente y feudal que ya languidecía en su ocaso, frente al empuje de una burguesía rica e industrial, que venía a reclamar con fuerza todos los antiguos privilegios y prebendas de las que gozaba el antiguo Régimen.
A través de la figura del príncipe de Salina ( Burt Lancaster), iremos viendo la posición que adoptó la aristocracia en estos hechos, asumiendo de forma muy pragmática y cínica, la inevitabilidad del cambio, en una especie de " si no puedes contra el enemigo, únete a él", magníficamente definido en la frase que ha pasado a la posteridad y pronunciada por Tangredi " Es preciso que todo cambie para que todo siga igual".
Respecto a la película, Visconti hace una recreación magnífica con una estética apabullante que denota su profundo conocimiento de pintura, pues cada fotograma parece un cuadro con espléndidos colores y, aunque la mayoría del film transcurre en interiores, también gozaremos de aquellos fastuosos " palazzos", con escenas cotidianas de las vidas de esas gentes, siempre bajo un tono melancólico, oprimido y decadente.
Mención especial merece la magnífica última hora con el baile final que, indiscutiblemente, ya ha pasado a la Historia del Cine y por supuesto, hablar de la preciosa belleza de Claudia Cardinale como la burguesa cuyo mundo viene a sustituir al anterior.
Preciosa música también de Nino Rota, así como piezas de Verdi, redondean el conjunto haciendo de este film, algo que hay que recomendar sí o sí.
Y ahora, lo malo.
La novela de la que procede el film, no es cualquier cosa. Está llena de reflexiones políticas, religiosas, filosóficas y sociales. Muy densa.
Y en consecuencia, también la película lo es.
El príncipe Salina tiene monólogos y conversaciones cuya profundidad me costaba mucho asumir.
He visto varias veces este film y, sin embargo, muchas cosas todavía no las he entendido bien. Además la peli dura 3 horas y su ritmo es en ocasiones, reposado. Ésto la convierte en una película, para mí, " difícil", no apta para verla en cualquier momento cuando llegas cansado del trabajo.
Pero eso sí. Por todo lo dicho más arriba, no hay duda de que esta peli se disfruta cuando, con premeditación y alevosía, tienes el tiempo suficiente para repatingarte en el sofá y, con los sentidos muy despiertos, eso sí, dedicarle esas tres tranquilas horas que, quizá no alcancemos toda su profundidad, pero que nos fascinará, seguro.
Izeta
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