Retrato de un grupo de mujeres ( una mujer más bien), pertenecientes a la élite de la sociedad mexicana de los 80, justo cuando el país sufrió una gran crisis que originó la caída al barro de numerosos empresarios.
Con una gran actuación de Ilse Salas ( prácticamente ella sostiene la película), nos cuentan la forma de vida de estas niñas bien que nadaban en la opulencia y la soberbia, completamente esclavizadas en sus naderías ( tener pasta para eso, hay que ver que gilipollas son), y que cuando les llega la ruina son incapaces de asumirla, toda vez que sus vidas no son más que humo.
La directora plasma muy bien, en base a pinceladas, todo este mundo pijo, de forma que el espectador se va a sentir interesado pero, el ritmo resulta muy moroso.
Se echa de menos un mayor desarrollo de los diferentes personajes a los que apenas conocemos.
Sólo conocemos a la protagonista a fondo, que hace un gran papel todo hay que decirlo, pero yo hubiera preferido una narrativa más convencional y más profunda de la historia.
Es de señalar que la directora no hace juicios de valor de sus personajes, lo que hace que el espectador lo vea todo desde la equidistancia y sin prejuicios.
Pero también a ratos resulta confusa y no puedes evitar la sensación de que, con esta historia, se podría haber hecho algo mejor.