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Voto de Izeta:
6
20 de febrero de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que en esta película comienza siendo una comedia ligera musical con triángulo amoroso en liza a la que, sin embargo, le cuesta bastante entrar en materia, tal vez porque gasta mucho tiempo en recrear situaciones cómicas irrelevantes para la trama, poco a poco va derivando hacia un drama mucho más interesante y en mi opinión, lo que mejor funciona en el film ya que, hacia el final, la historia adquiere tintes de tragedia melodramática, con grandes dosis de patetismo, que será difícil que los admiradores de la primigenia rubia platino puedan aceptar con equidad sin revolverse algo incómodos en el sofá.
No es a Powell a quien querremos ver en acción en esta historia aunque tiene algunas magníficas escenas, sobre todo con May Robson, que nos van a proporcionar un gran deleite siendo su actuación en general muy buena, pero su papel es, en realidad, más secundario, aunque ocupe más metraje en la pantalla. Interpreta al amante silencioso, el protector de la damisela que sufre y vigila, con aires de desenfado, el resplandor del brillo de los ojos de la amada.
No, no, para mí, aquí, el personaje interesante, aparte de la protagonista claro, es el de Franchot Tone, al que se le ofrece un jugoso papel en esta historia, al tener la oportunidad de desarrollar más allá de la ligereza habitual, el papel del play boy ricachón y ocioso, que le tira los tejos a la Harlow con una insistencia impertinente hasta conseguir camelársela y que, cuando aterriza de los mundos de Yupi, revelará su verdadero carácter.
Y luego hay que hablar de Jean Harlow, claro está. Una gran actriz y una gran comediante, recreó como nadie el prototipo de mujer hermosa pero mundana y ordinaria, amante de gángsters, parias y maleantes de toda condición, cuyo gran corazón, del que siempre estaba provista, la hacían idónea para ser el saco de las hostias del orgullo de clase.
También los secundarios prestan un gran apoyo en este film y nos gustará verlos en sus diversos papeles.
Pero la historia no se siente definida ni se siente bien por dónde quería tirar Fleming lo que lastra su resultado final. Y el convertirlo en musical tampoco me parece de lo más acertado.
No es a Powell a quien querremos ver en acción en esta historia aunque tiene algunas magníficas escenas, sobre todo con May Robson, que nos van a proporcionar un gran deleite siendo su actuación en general muy buena, pero su papel es, en realidad, más secundario, aunque ocupe más metraje en la pantalla. Interpreta al amante silencioso, el protector de la damisela que sufre y vigila, con aires de desenfado, el resplandor del brillo de los ojos de la amada.
No, no, para mí, aquí, el personaje interesante, aparte de la protagonista claro, es el de Franchot Tone, al que se le ofrece un jugoso papel en esta historia, al tener la oportunidad de desarrollar más allá de la ligereza habitual, el papel del play boy ricachón y ocioso, que le tira los tejos a la Harlow con una insistencia impertinente hasta conseguir camelársela y que, cuando aterriza de los mundos de Yupi, revelará su verdadero carácter.
Y luego hay que hablar de Jean Harlow, claro está. Una gran actriz y una gran comediante, recreó como nadie el prototipo de mujer hermosa pero mundana y ordinaria, amante de gángsters, parias y maleantes de toda condición, cuyo gran corazón, del que siempre estaba provista, la hacían idónea para ser el saco de las hostias del orgullo de clase.
También los secundarios prestan un gran apoyo en este film y nos gustará verlos en sus diversos papeles.
Pero la historia no se siente definida ni se siente bien por dónde quería tirar Fleming lo que lastra su resultado final. Y el convertirlo en musical tampoco me parece de lo más acertado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El final, con ese abucheo a la pobre Harlow y la balbuceante defensa que hace ella en el escenario, como si tuviera que disculparse y martirizarse, hace que me revuelva incómodo y no me gusta.
Yo hubiera preferido un final más contundente y echado palante como, por ejemplo, un buen corte de mangas a la platea en general y al padre de su gilipollas marido en particular. No sería nada elegante pero sentaría mejor ¿no?.
Yo hubiera preferido un final más contundente y echado palante como, por ejemplo, un buen corte de mangas a la platea en general y al padre de su gilipollas marido en particular. No sería nada elegante pero sentaría mejor ¿no?.