Haz click aquí para copiar la URL
España España · san sebastian
Voto de Izeta:
8
Cine negro. Intriga. Thriller. Drama Terminada la II Guerra Mundial (1939-1945), Johnny vuelve a su casa, pero descubre que su mujer se ha enamorado de Eddie, el dueño de un night club llamado 'La dalia azul'. Al principio, se siente tan anonadado que sólo piensa en vengarse, pero inmediatamente abandona la idea y se va. Cuando, al día siguiente, su mujer aparece muerta, él se convierte en el principal sospechoso. No tendrá entonces más remedio que buscar al asesino, y ... [+]
10 de abril de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuatro fueron las películas en las que Alan Ladd y Verónica Lake compartieron cartel.
¿A que parece que fueron muchas más?.
Casi parecería que estos dos hubieran estado siempre juntos, tal es la fuerza con que perviven en nuestro imaginario, Ladd y Lake, Lake y Ladd, esa melena rubia ondeando junto al también chico rubio de sombrero inclinado, una pareja icónica del cine que contribuiría a llenar nuestros sueños.
Lo mismo ocurre con Rock Hudson y Doris Day. Esos dos sólo protagonizaron tres y aun así se encuentran indisolublemente unidos como si hubieran realizado treinta y a pesar de que todos ellos interpretarían muy grandes obras por separado, nos resulta muy difícil recordar a uno sin evocar al otro. Ese es uno de los misterios del cine. Su magia. Su poder creador de iconos.
Y nooo, no me olvido de Bogart y Bacall, es sólo que a ellos se les ha dado más cancha. Fueron pareja en la vida real y, claro, eso también cuenta, es como Liz Taylor y Richard Burton que coparon las publicaciones una y otra vez a cuenta de sus encuentros y desencuentros matrimoniales.
Esta es la tercera colaboración juntos de Ladd y Lake, con Marshall en la dirección adaptando una obra de Raymond Chandler (sin Marlowe), en la que el propio escritor ejerció de guionista.
Y no. No es la mejor adaptación de Chandler ni de lejos, tal y como cabría suponer teniendo al propio autor entre sus filas, a la película le falta, a mi entender, nervio, negrura, un poco más del veneno sórdido que a menudo se adivina en otras obras del autor. También palidece en su final que fue alterado a toda prisa y se nota excesivamente lo que resta validez a la historia.
Este es un cine negro más "blanco" podríamos decir. Sus personajes, ni son tan retorcidos, ni tan sorpresivos como cabría esperar. Mención aparte merece el personaje de William Bendix, casi único personaje que ofrece algo de inquietud por su condición de herido de guerra cuyas secuelas van a resultar impredecibles para nosotros.
En todos los demás personajes, son lo que esperamos que sean, sin matices y casi sin aristas. Un recordatorio podría merecer el personaje de Doris Dowling, la esposa de Ladd en la película, a mí me ha dado pena, muchísima, lo pronto que desaparece en la historia. Un personaje cliché pero que podría haber dado mucho más juego.
!Aaaahhh!. Pero no se crean que por lo que he dicho esta cinta no resulte ser memorable. Aquí tenemos TODO lo que nos gustan de estos films:
Una fotografía en blanco y negro de ensueño, luminoso, de la que ya es imposible hacer con las técnicas actuales (paradójico, ¿no?).
Escenarios escogidos al detalle: Clubs nocturnos elegantes, bungalows de lujo, hoteles impresionantes formando contraste con pensiones baratas de mala muerte. Noche, lluvia y descapotables (con la capota echada, que llueve mucho) mirando las luces de la ciudad.
Vestuario impecable. Trajes con sombrero de ala ancha o smokings y para ellas, modelazos a bien lucir, maquillajes impecables y peinados brillantes que aturullan con su resplandor.
Los famosos diálogos de Chandler tampoco he sentido que crujan como era de esperar. Y quizá el error sea de Marshall que no aprovecha bien la ocasión de hacerlos sentir, de escupirlos en sus personajes. O quizá porque he visto la versión doblada (no he podido verla en VO) y me he perdido gran parte de su fuerza, no lo sé, ya veremos cómo resulta cuando tenga otra ocasión.
Aun así aparecen de vez en cuando y resulta de agradecer pero la historia se adivina más mecánica, algo más artificiosa aunque igualmente eficaz.
Con respecto a las actuaciones que ya he mencionado arriba con Bendix a destacar, tampoco quiero olvidar algunos de los otros papeles. Howard Da Silva cumple con solidez. Su personaje resulta muy atractivo y despierta nuestra curiosidad. Igualmente se puede mencionar el papel del vigilante o el del motel. Hacen lo que tienen que hacer muy bien y eso basta. La enredosa trama se encarga del resto. !Ay Chandler!. !Cómo te gustaba liarla parda!.
Dejo para el final a la pareja protagonista. Química, química y química. Estaban hechos el uno para el otro. No sólo por su baja estatura (esa fue la causa por la que los unieron), sino por el halo que desprendían sus rostros cuando estaban juntos. Ni han sido los más guapos ni los de más carácter y, sin embargo, !Qué buena foto hacían juntos!.
Izeta
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow