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Voto de harryhausenn:
9
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1.888
Drama
Isabelle, madre soltera, artista divorciada con un hijo, busca el amor verdadero, pero sólo va encontrando decepciones... Inspirada en el ensayo de Roland Barthes "Fragmentos de un discurso amoroso". (FILMAFFINITY)
6 de noviembre de 2017
21 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde que se anunciase su inclusión en la Quincena de Directores de Cannes, Un sol interior se intuía como una obra menor de Claire Denis, que presentará High life el año que viene. Esta supuesta transición serviría únicamente como lucimiento de Juliette Binoche en una comedia ligera antes del próximo lanzamiento de la directora ¡Qué placer ver florecer en la pantalla una propuesta tan sencilla que ni de lejos cumple las bajas expectativas que se nos han creado! Denis deja aparcada la crudeza y la marginalidad que caracteriza su cine para centrarse en una figura femenina más convencional, y por tanto, no habíamos podido reencontrar en el cine desde las mejores obras de Eric Rohmer.
Binoche encarna a una mujer que se adentra en su madurez entregada al cien por cien en la búsqueda del amor. Desde la preciosa escena de cama inicial comprendemos que para ella la felicidad llega a través del sacrificio y del esfuerzo, sea cierto o no, como bien demuestra que renuncie al orgasmo por compartir el placer del momento. Se trata de alguien que no se permite dejar cabos sueltos ni escapársele el mínimo detalle que pueda estropear una relación o su felicidad. La esperanza de no renunciar a ser feliz, aunque a veces el empecinamiento nos lleve a tomar malas decisiones que hacen que perdamos el norte.
Un banquero tirano, un actor de teatro egocéntrico y autocompasivo, un exmarido irreconocible, un hombre tan humilde como considerado, un misterioso caballero que no se permite arruinar una amistad... La película consiste en las sucesivas conquistas que la protagonista va dejando atrás por no encontrar la satisfacción que busca ¿Cómo empatizar entonces con este personaje tan estereotipado de parisina bourgeoise-bohème con una ceguera que la impide alcanzar su objetivo hasta el punto de rechazar a un amante por la manipulación de sus allegados? Sin duda alguna, esto se consigue a través de la sinceridad del texto. Denis suprime todo artificio en el estilo para que captemos la transparencia de la heroína en pantalla. Un personaje tan complejo en pensamientos como simple en sentimientos. Una honestidad tan impactante, tan evidente, que es imposible no emocionarse en esta caótica odisea del día a día, o de noche a noche.
Binoche encarna a una mujer que se adentra en su madurez entregada al cien por cien en la búsqueda del amor. Desde la preciosa escena de cama inicial comprendemos que para ella la felicidad llega a través del sacrificio y del esfuerzo, sea cierto o no, como bien demuestra que renuncie al orgasmo por compartir el placer del momento. Se trata de alguien que no se permite dejar cabos sueltos ni escapársele el mínimo detalle que pueda estropear una relación o su felicidad. La esperanza de no renunciar a ser feliz, aunque a veces el empecinamiento nos lleve a tomar malas decisiones que hacen que perdamos el norte.
Un banquero tirano, un actor de teatro egocéntrico y autocompasivo, un exmarido irreconocible, un hombre tan humilde como considerado, un misterioso caballero que no se permite arruinar una amistad... La película consiste en las sucesivas conquistas que la protagonista va dejando atrás por no encontrar la satisfacción que busca ¿Cómo empatizar entonces con este personaje tan estereotipado de parisina bourgeoise-bohème con una ceguera que la impide alcanzar su objetivo hasta el punto de rechazar a un amante por la manipulación de sus allegados? Sin duda alguna, esto se consigue a través de la sinceridad del texto. Denis suprime todo artificio en el estilo para que captemos la transparencia de la heroína en pantalla. Un personaje tan complejo en pensamientos como simple en sentimientos. Una honestidad tan impactante, tan evidente, que es imposible no emocionarse en esta caótica odisea del día a día, o de noche a noche.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Volviendo a Rohmer, Marie Rivière en El rayo verde encarnaba un perfil a priori antipático que sin embargo lograba que empatizásemos con esa mujer desolada por la incompresión del resto, hasta que finalmente el último rayo del sol, verde esperanza, lograría gestar un acercamiento. El personaje de Binoche, al contrario, intentará crear ese sol interior por ella misma aunque la vía no parezca la más adecuada. Magistral esa escena final con el vidente que le dice las pautas a seguir durante varios minutos cuando ya los créditos aparecen en pantalla. Nosotros como espectadores ya hemos perdido la esperanza, ya vemos los nombres de los actores, el equipo técnico, los guionistas y la directora desfilar, despidiéndose del público. La historia se ha terminado para todos, excepto para Binoche, que sigue iluminando la pantalla con su sonrisa, con sus ojos que iluminan la sala, aún aferrada a la esperanza, sin desistir, sin pensar en la derrota, sin aceptar la oscuridad.
hommecinema.blogspot.fr
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