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España España · A Coruña
Voto de Javialacarga:
7
Western. Aventuras Texas. En 1868, tres años después de la guerra de Secesión, Ethan Edwards, un hombre solitario, vuelve derrotado a su hogar. La persecución de los comanches que han raptado a una de sus sobrinas se convertirá en un modo de vida para él y para Martin, un muchacho mestizo adoptado por su familia. (FILMAFFINITY)
6 de diciembre de 2007
21 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como western quizás no sea gran cosa, pero supongo que si ha llegado al estatus de "película más influyente del cine americano" es por otras cuestiones que poco tienen que ver con lo simpáticos que sean los personajes o lo entretenida que sea la trama. De hecho, el prestigio de Centauros del desierto es relativamente nuevo y nace principalmente gracias al entusiasmo de la nueva generación de los 70, que vio en ella cosas que no se habían advertido en su momento.

Para empezar, el personaje de Ethan Edwards, uno de los mayores amargados de la historia del cine, que busca durante años y años a su sobrina secuestrada pero más por odio y venganza hacia los indios que porque quiera rescatarla. Ethan, aparte de un racista (lo que trae otra de las polémicas acerca de la película, si Ford pretendía criticar precisamente la visión habitual de los indios como "esos salvajes a los que conquistar"), es un perdedor de antología. Después de haberlo dado todo por su país, queda tras la derrota en la guerra civil como un alma errante, sin hogar ni familia propia, y que quizás ya ni siquiera pueda ganarse la vida honradamente ("encajas en muchas descripciones", le dice al verle uno de los rangers). Por ello: VER SPOILER

Evidentemente, la película también es recordada por otras cosas, como por ejemplo el espectacular uso de los exteriores del Monument Valley, inspiración de David Lean para el rodaje de Lawrence de Arabia. O la sempiterna maestría de John Ford, capaz de contar historias enteras con una mirada, un gesto o un plano. Por ejemplo el brillante ataque inicial a la casa, en el que no se ve a ningún indio más que al final, cuando su sombra cubre la figura de la pequeña Debbie, para resaltar el resultado del enfrentamiento. O el amor secreto entre Ethan y Martha, expresado por el modo en que se miran o el modo en que ella acaricia su ropa. O mismamente el celebérrimo plano final, en el que tanto se dice sin pronunciar una sola palabra.

Por supuesto es un western, y hay que pasar por alto cosas tan habituales como las exageradas interpretaciones, los inverosímiles tiroteos, o incluso problemas de producción (decorados, fallos de raccord, etc). Pero aún obviando esto, hay otros errores que me molestan más. Incluso Roger Ebert (que por otro lado no me gusta nada), reconoce que varias de las subtramas desentonan bastante y desmerecen el resultado final. En efecto, es difícil mantener la intensidad de la historia de venganza cuando cada dos por tres se intercala esa boba historia de amor entre Martin y Laurie, o los diversos personajes supuestamente cómicos que no hacen ninguna gracia. John Ford compensa los aspectos más duros del guion con una serie de momentos alegres y simpáticos (alguno está bien, por ejemplo la pelea "de buen rollo" entre Martin y Charlie), que a la postre crean una especie de equilibrio dramático presente en muchas de sus películas, pero para mí insisto en que en esta ocasión es un error.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Javialacarga
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