FUSI, gran película. En apariencias sobre "alguien" en particular, y en realidad -¡vaya paradoja contradictoria!- sobre la corporización de la bondad (un ángel) oficiando de espejo de conciencia, de bálsamo temporal que durante casi dos horas acaricia las almas expectantes con lo que todos sabemos hace tanto bien al común de las personas, como escasea en el mundo contemporáneo.
Simultáneamente, con lo que es más difícil de interrelacionar dicha bondad, es con "la psicología del personaje" durante la sorpresiva irrupción exogámica a lo largo de la cual se desenvuelve el film, la que por cierto -y acertadamente- se desencadena a partir del momento en que Fusi aparece imprevistamente en el escenario donde el amante de su veterana madre la está poseyendo.
De ahí en más, vemos al mismo "Cándido" reproducir el don de su alma generosa con nuevos personajes que se asoman a su vida, algunos más utilitarios y otros con conflictos de personalidad complejos, ante lo cual la mera bondad -por angelical que sea- no puede confrontar solventemente.

"Montaña Vírgen" también es el triunfo de la cinematografía clásica relatando eficazmente una pequeña gran historia, frente a la súper millonaria parafernalia hollywoodiana que, a fin de cuentas, entrega tan pocos productos buenos.
Y aunque sea redundante, cabe mencionar que la actuación de G. Jönsson ecarnando al taciturino Fusi, es soberbia. Así también, la artística sobriedad del resto del reparto que lo acompaña.
En síntesis:una amarga, meláncolica comedia dramática, conceptualmente humanista y con un personaje principal absolutamente entrañable. La recomiendo calurosamente.