Después de ver "Into the Wild" dificilmente ibamos a encontrar un film que tocara una temática tan única como poco vista. De ese tipo de películas que nos hace reflexionar que hacemos con nuestra vida y el mundo en el que vivimos.
La película va de menos a más, tal vez los últimos 20 minutos sobran y hacen un poco larga la película, de ahí que no le de un 10, pero la esencia se mantiene y el Director ha sabido contar una historia como esta sin caer en el fanatismo, poniendo a veces en entredicho la vida de la querida familia de Ben (Viggo Mortensen) y ciertos hábitos que a muchos de nosotros nos parecerían una locura, como la escalada a niños de apenas 9 años. Pero muchos incluso nos llenamos de nostalgia al ver a todos los niños con moratones por todos lados, esa infancia que tuvimos y no tendrán nuestros hijos.
La mejor parte sin duda es cuando esos dos mundos chocan y las veces en las que las personas "normales" se quedan con la boca abierta al ver la sabiduría de esos niños hippies salvajes comparado con la estupidez de los de hoy en día, Xbox y Smartphones incluidos. Y es también la felicidad, la película hace una alegoría al nivel de felicidad de los protagonistas en un mundo sin necesidades auto-impuestas.
Viggo Mortensen se corona en este papel, el cual disfruta haciendo y sin seguir su trayectoria demasiado, no creo que su personalidad esté muy alejada del protagonista de este film, un actor alejado de los focos y que huye de Hollywood para centrarse en proyectos internacionales, como una manera de superarse a si mismo.
En resumen, una historia fantástica que nos hace reflexionar a nosotros mismos sobre nuestro modo de vida, el cual muchas veces nos supera y al final acaba devorándonos en una vida insatisfecha llena de deseos banales.