Sur de australia, una zona dura, árida y casi desolada, donde conviven aborígenes, mineros y una emergente colonia de vampiros, que se ocultan en las laberínticas minas subterráneas, y el típico bar donde se reúnen muchos al terminar la jornada (vampiros de incógnito incluidos).
Un cazador y su hija (más bien adoptada o acogida) se dedican a limpiar la zona como pueden de chupasangres, protegiendo así a su comunidad.

Buen ritmo y bastante acción, buena compenetración entre los dos principales, Collins y Barnes-Cowan (vista hace poco en Wyrmwood, en esta ocasión dando caña a zombies). En ocasiones flojea un poco, como si no se hubiera ajustado bien el guión para tantos capítulos, pero aún así, resulta amena y curiosa, con algunos toques de humor, como los típicos de que al menda le están dando de hostias y suelta bromas para tocar los huevos, como cualquier típico héroe vacilón. Música cañera, algo de crítica social sin pasarse y buenas actuaciones pese a ser la mayoría del elenco poco o nada conocidos.

No es nada impresionante, solo entretenida y diferente, sobre todo respecto a armas, como los boomerangs adaptados con mango.
Como curiosidad, 8 capítulos y la camarera siempre con la misma ropa. Imaginad el poco presupuesto de esta serie.

Wolf.