Película de producción muy humilde pero de resultado aceptable.
Kurosawa parte de la base de utilizar tan solo siete actores y tres escenarios, y con ellos logra una cinta que no es de sus mejores (por no ser demasiado conmovedora) pero logra un nivel bastante bueno.
En todo momento te parece estar viendo una obra de teatro filmada, con un Toshiro Mifune muy joven y con toda su expresividad a flor de piel (eso sí, todavía sin pulir).

Película de culto, pero no en el sentido de imprescindible, sino en el de moralizable. Filosofal y delatadora de la naturaleza humana.

Como gran pega, el ritmo se siente lento incluso con la poca duración del a cinta, podría haber sido soporífero de haber durado más.

Pd. Como siempre con Kurosawa, varias de sus escenas han sido copiadas infinidad de veces (y si no, han dado ideas a muchos realizadores).