"El Caballero Oscuro" está llamado a convertirse en uno de los mejores filmes de todos los tiempos. Observarán que no añado la coletilla de superhéroes. Olvídense de Batman por un momento. Lo que Nolan nos regala es una inmejorable, intachable, maravillosa (sigan añadiéndose adjetivos de elogio) obra sobre la dualidad entre el bien y el mal, el orden y el caos, el destino y el azar. Un thriller policiaco con brochazos dramáticos y filosóficos que versa sobre la corrupción en una ciudad donde sólo quedan tres hombres honrados. Una tragedia clásica de los pies a la cabeza.

Bruce Wayne (Christian Bale) es uno. Jim Gordon, un pletórico Gary Oldman (si les gustó en la primera parte prepárense a verle en esta), otro. Y el tercer componente es el personaje con la mejor y más creíble evolución de este "Caballero Oscuro": Harvey Dent (no desvelare su destino para aquellos que no estén familiarizados con el tema), un inconmesurable Aaron Eckhart que va construyendo su personaje desde el comienzo de la cinta para en el último acto desplegar todo su potencial. Y de qué manera. Un triunvirato efectivo como pocos, la mismísima encarnación de una balanza. Entenderéis porqué.

La absoluta némesis de Batman se convierte en uno de los mejores villanos del cine de todos los tiempos. La temprana y desgraciada muerte del actor Heath Ledger no hizo sino envolver su actuación en un aura de misticismo, y muchos llegamos a pensar que quizás se valoraba más por el hecho de que fuese su último papel completo. Bueno, nos equivocamos. A esto es a lo que se llama construir un personaje. Ledger encarnó a la esencia pura del caos, la representación en carne de la anarquía, el descontrol, una figura impredecible, independiente, de orígenes enigmáticos. En cuanto a las comparaciones con Nicholson, no es ni mejor ni peor. El primero interpretó genialmente a un Joker más cómico, pero respecto a cuál es mejor personaje, el de Ledger se lleva la palma.

El guión conjunto de Nolan y su hermano es uno de los mejores guiones que han pasado por las pantallas en lo que llevamos de siglo. No exagero. Y tiene más mérito al sacar tanto y tan buen material de (en principio) una cinta de superhéroes. No lo es, gracias a un guión perfectamente estudiado, en el que se cuida hasta el más mínimo detalle, donde no quedan cabos sueltos, y en el que cada pequeña pieza pertenece a un puzzle mayor que habrá que encajar en la última parte de la cinta. Un magnífico guión ayudado por un vibrante y ágil montaje, un encadenamiento de secuencias que confiere a la película un ritmo que no deja lugar para el respiro. La banda sonora de Hans Zimmer y James Newton Howard sigue con los temas establecidos en la primera parte, pero resuenan con tal fuerza y magnetismo que poco importa haberlos escuchado ya.

-sigue en spoiler sin desvelar nada por falta de espacio-