Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Chris Jiménez:
10
Cine negro. Thriller La meticulosa planificación de un atraco a una joyería, por parte de una banda de delincuentes, le sirve a Huston para ofrecer un relato lleno de intensidad, amén de un realista e insuperable estudio de los personajes y sus motivaciones. Sin lugar a dudas, una de los mejores películas del cine negro de todos los tiempos, con el gran Hayden y una seductora y sexy Marilyn Monroe. (FILMAFFINITY)
1 de enero de 2021
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La noche baña las calles, se respira tensión en el ambiente pese al silencio. Un estudiado atraco que ha de ser perfecto.
Entonces, una broca que se rompe, una alarma que salta, una pistola que se dispara. Es el estigma de aquellos que deciden seguir el camino del crimen, el camino a la perdición...

En el rico mosaico del cine negro, en su edad de oro o en años posteriores, hallamos un puñado de títulos, muchos de ellos de envergadura, cuyo eje central gira alrededor de un atraco, su preparación, sus consecuencias y aquellos que lo cometen, pero quizás ninguno alcance tan fácilmente la indiscutible perfección como éste que nos ocupa, fruto de la colaboración entre dos genios consagrados del género: el autor y guionista W.R. Burnett y el cineasta John Huston (quienes ya trabajaron juntos en el libreto del clásico de Raoul Walsh "El Último Refugio").
En esta ocasión Burnett vio su novela "The Asphalt Jungle" adaptada por Ben Maddow y Huston poco después de su publicación, preparados para la producción mientras éste último y otros implicados (en especial Sterling Hayden, de reputación infame para los estudios) eran investigados por supuestas actividades antiamericanas; puede que en efecto, una historia como la que pretendía rodar el responsable de "El Halcón Maltés", donde se concede por primera vez el beneficio de la simpatía a los que operan al margen de la ley, resultase arriesgado en plena era del temido "mccarthismo".

Se nos introduce en un ambiente desolador y asifixiante; las calles desiertas ceden el protagonismo a un coche patrulla en busca de un hombre (Handley), que huye y se esconde tras unas columnas. Pero pese a la participación de los policías en los primeros minutos de metraje (adustos y reaccionarios según los trazos con que se define al comisario Hardy), Huston y Maddow rechazan la importancia que les da Burnett para centrarse de lleno en la existencia y psicología de sus opuestos, los criminales, los auténticos protagonistas (algo que levantaría ampollas en el público de la época).
Influenciado por Sica y Rossellini, el director obtiene de sus obras la esencia neorrealista y plantea una mirada implacablemente desnuda sobre los perdedores, sus debilidades y frustraciones, enfrentándolos a un destino que se esboza, como de costumbre en el feroz universo "noir", hacia una sola senda: la del fracaso, mientras se decide poner en contraste (como más adelante veremos) la imperante maldad y corrupción que planea sobre la ciudad, esa jungla de asfalto del título tan llena de asesinos, hipócritas, depravados o simples desgraciados, con la liberación y pureza del paisaje campestre, tierra perdida y añorada de forma constante por Handley, como un paraíso.

También Huston y Maddow hacen uso de una milimétrica precisión en la primera parte de la trama construyendo paso a paso la preparación del robo de unas piedras preciosas pensado por Riedenschneider, ese maestro de ceremonias paciente y afable ignorante de cómo se le van a torcer las cosas por la presencia de la fatalidad. El punto débil que hace temblar los cimientos de la base es Emmerich, un viejo cobarde que vive de apariencias ante los hombres duros que les rodean al tiempo que mentiroso frente a su enferma esposa.
Quizás el paradigma de la visión pesimista de Huston sobre la sociedad americana de la posguerra.
Pero aun resultando imposible todo rastro de empatía con unos personajes tan demacrados, Huston hace malabares para lograr que los veamos como seres humanos; ese barman jorobado, ese padre de familia sin dinero, ese pistolero obsesionado con las apuestas. Se les desgrana a conciencia sin olvidarse de lo que son: meros criminales. Cuando la mala suerte se abalanza sobre nuestros protagonistas y las traiciones y mezquindades se reparten como las cartas en una partida ya perdida de antemano, la atmósfera se tensa aún más haciendo gala el cineasta de una profunda dureza a través de la fotografía en blanco y negro de Harold Rosson, de trazos expresionistas.

Y con su afán por atraparles en espacios cerrados, donde la ausencia de oxígeno coincide con la del futuro ("Fatalidad...¿y qué se va a hacer contra la fatalidad?", se reflexiona), incluso las calles exteriores, cubiertas por la neblina y la oscuridad perpetua, se transforman en inmensos agujeros negros. En un segundo plano la policía actúa, con contundencia y nervio (realmente grotesca resulta la gran violencia descargada por el teniente Ditrich contra Cobby), apareciendo en pantalla quizás no con la misma profundidad con la que son descritos los criminales, pero sobresaliendo su determinación y sentido del deber.
Puede que todos estos personajes no vayan más allá del arquetipo de los del cine negro (más aún en lo que a las mujeres respecta), sin embargo Huston los maneja y construye con gran precisión, en especial por el gran trabajo de los diálogos. Sobresale la imponente presencia del protegido del director Sterling Hayden, perfecto para estos roles (lo volvería a demostrar en "Atraco Perfecto"), además de los maravillosos James Whitmore, Anthony Caruso, Louis Calhern y Sam Jaffe, quienes dotan de gran humanidad al estereotipo del delincuente con sus actuaciones. Por su parte la explosiva Marilyn Monroe ganó notoriedad gracias a su encarnación de la dulce y asustada Angela.

Tampoco se queda lejos John McIntire, quien nos alecciona (dirigiéndose a nosotros) sobre una cosa: este incidente sólo es una historia más protagonizada por los mismos individuos cuyas vicisitudes están ligadas al acto criminal; después de todo el crimen es, como nos revela Emmerich, "la consecuencia de un concepto equivocado de la vida".
Por sus virtudes técnicas, reparto estelar, estudiada planificación, amarga y descorazonadora visión y momentos impactantes (inolvidable la secuencia del robo, que corta la respiración), "La Jungla de Asfalto" permanece como una de las cumbres del "noir" y la "crook story", influencia para todo lo que vino después en el género.
Chris Jiménez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow