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Voto de Chris Jiménez:
6
Serie de TV. Terror. Intriga Miniserie de TV (2004). Bean Mears (Rob Lowe), escritor en declive, regresa a Salem´s Lot, con la intención de escribir un libro sobre los misteriosos asesinatos y desapariciones que se relacionan con la misteriosa casa de los Marsten, situada en una colina desde donde se contempla todo el pueblo. Pero él no es el único extranjero que ha llegado al pueblo. Unos comerciantes de muebles antiguos se han instalado en la destartalada casa de ... [+]
17 de noviembre de 2021
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El pueblo tiene secretos, oscuros e inconfesables […]. ¿Por qué regresar al lugar que en el viviste cuando eras niño?, ¿para intentar encontrar algo irremisiblemente perdido?

Desde finales de los años '90 se dio una tendencia un tanto molesta y al mismo tiempo interesante con respecto a las adaptaciones de las novelas de Stephen King, poco a poco ocupando el espacio televisivo como series, miniseries o películas que eran nuevas versiones de clásicos conocidos; "La Zona Muerta", "El Resplandor", "Carrie" como buenos ejemplos de ello. La razón principal ha sido el descontento del autor con aquellos guionistas, productores o directores que no respetaron sus textos y dañaron su ego; sin embargo, según él mismo admitió, estaba encantado con el libreto de "Salem's Lot" escrito por Paul Monash.
Y es que esta miniserie a cargo de un Tobe Hooper en pleno ascenso a la fama llegó muy pronto, en 1.979, precursora de una lista de títulos de mismo formato y, junto con "Carrie", culpable de iniciar el "fenómeno King", en su transición de los libros a las pantallas. Pasan 25 años y Warner Bros. sigue poseyendo los derechos, que quedan al servicio de un proyecto de modernización de la historia original, no obstante mucho más fiel a ella, que dirigirá Mikael Salomon, cineasta que pronto se acomodó en el medio televisivo, y quizás ya para siempre.

Inevitable es, por supuesto, juzgar esta versión sin establecer las comparaciones con la de Hooper, y las diferencias aparecen desde el prólogo, que curiosamente no respeta el imaginado por King (el de la miniserie del '79 se le aproximaba más). Las áridas tierras mexicanas se cambian por el caos urbano, pero ahí están los conocidos Ben Mears y Mark, enfrentándose a la amenaza vampírica que ha destruido su querido Jerusalem's Lot; un enfermero sustituye al cura en la confesión y volvemos atrás en el tiempo de la mano de la narración "en off", ni muy irritante ni muy necesaria, del propio Ben.
El bueno de Rob Lowe es el que pone rostro a este álter-ego mal disimulado de King, y con el cual empatizamos antes que con su homólogo interpretado por David Soul, debido a la profundización en las experiencias traumáticas de su infancia, de las que somos testigos; los aires del nuevo siglo cambian la arquitectura del pueblo, pero no su alma, que tanto el tejano como el danés retratan negra hasta la médula (si bien el primero era más mordaz y el segundo más directo en su conclusión), fieles a la distintiva visión de King con respecto a las pequeñas comunidades de la América profunda, orgullosas de mantener una imagen superficial bienpensante y limpia mientras los más terribles misterios se ocultan bajo las apariencias.

Al igual que el Twin Peaks de Lynch, esta es una comunidad cuya violencia destructiva, malestar y traumas quedan bajo los felpudos, entre las paredes y tras las bonitas fachadas, pero que no puede esconder su condición de refugio para padres abusivos, sacerdotes alcohólicos, zorras mentirosas, usureros, chantajistas y demás elementos de la peor calaña; en ella se disponen múltiples personajes a los que Peter Filardi describe sabiamente durante un largo primer acto, algunos de ellos algo modificados en comparación con el libro. Tras una larga presentación el guión se viene a centrar en ese mal que modela la atmósfera extraña e inquietante del pueblo...
Y que, asentada en su colina, como la casa de Norman Bates, observa todos y cada uno de sus movimientos, y es el aterrador hogar de los Marsten; pese al minucioso trato de personajes, Salomon y su montador Robert Ferretti consiguen imprimir un ritmo fluido a la narración, y de repente el suspense y el enrarecido ambiente no tarda en absorbernos, así como la magnética presencia de la mansión y el terror que mora en su interior. Más o menos fieles a la novela, las interacciones entre protagonistas resultan creíbles, sobre todo entre Susan, el profesor Burke, el padre Callahan (fantástico James Cromwell), el intrépido Mark y el atormentado Ben, a cuyos recuerdos volvemos de vez en cuando.

Ahora, la pareja de Straker y Barlow está formada por unos geniales Donald Sutherland y Rutger Hauer, y sufre también sus cambios, más que nada en lo que a Barlow se refiere, cuya figura repelente y "nosferatiana" de la "Salem's Lot" clásica es sustituida por el villano elegante, culto y cínico de King; por su parte, el horror gótico y atmosférico heredado de la británica Hammer que mantuvo Hooper deja paso a un trato de la mitología vampírica a través de la violencia, la depravación, la corrupción del alma humana, la angustia por la incapacidad de morir y la diversión en la blasfemia y contra la fe religiosa.
Pero todo, claro, desde un prisma más modernizado; a pesar de la factura cinematográfica a la que aspira Salomon (y que no le sale bien por lo ridículamente televisiva que es en ocasiones), el aroma de la pura serie "B" y el "exploitation" clásico emerge durante un último acto donde los cuatro protagonistas masculinos se lanzan a la caza de los discipulos chupasangre de Barlow, a estacazo limpio, y el director se las arregla para arrastrarnos a una entretenida evasiva de terror, misterio y acción a la vez que brota de nuevo la sensación paranoica de "La Invasión de los Ladrones de Cuerpos" conforme los habitantes van guardando las formas de día, atacando a sus vecinos de noche.

Divagando en varias subtramas que no merecen tanta atención, fallando sin remedio en su prólogo y epílogo, así como en su estética televisiva de sobremesa y adoleciendo al compararse con la maravilla de atmósfera grotescamente fascinante de Hooper, es de todos modos una interesante revisión, más elegante, menos sórdida y mordaz, oscura y terrible de todas formas y sin perder su horror de leyenda ancestral.
Obtuvo además una buena respuesta de los críticos y fue bien considerada en muchos festivales. Actualmente se prepara una nueva versión; sólo resta esperar si consigue o no superarla...
Chris Jiménez
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