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Voto de Chris Jiménez:
8
Drama. Thriller En el Nueva York de los años 30, una familia italoamericana llora la muerte de Johnny Tempio (Vincent Gallo), acribillado a tiros. Los Tempios son un clan mafioso dirigido por tres ambiciosos hermanos. Ahora todo el clan está reunido para asistir al funeral de Johnny, el hermano menor, que se supone ha sido asesinado por Gaspare Spaglia, su máximo rival en el mundo del crimen. Ante su ataúd, sus dos hermanos mayores, Ray y Chez, dos ... [+]
16 de mayo de 2023
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El hermano yace. Ha sido asesinado sin piedad. Puede que fuera una columna sin mucha fuerza, pero desde luego sostenía a una familia que ahora se desmorona...pero...
¿Desde cuándo una familia mafiosa ha sabido sostenerse en algo más que no sea el orgullo, la venganza y la violencia?

Algo que pedía a gritos la filmografía de Abel Ferrara era una obra sobre estos núcleos de tan particulares seres humanos, porque si bien lo radiografió en "El Rey de New York", el enfoque aquí es distinto; no siguió esa especie de moda de hablar sobre gángsters, que ya se había convertido en el cliché de los '90 de Hollywood (y con la apocalíptica oda estrenada poco antes "Casino"). Sucedió porque a Nick St. John, longevo amigo del director, le salió la historia de las entrañas, porque él, como buen italiano de sangre (Nicodemo Oliverio se llama realmente), conocía bien todo el microcosmos mafioso, y en concreto el del Norte de New York.
Por desgracia llega al primero en una época de penurias, cuando la adicción a la heroína, la cocaína y el alcohol le están pasando mala factura, lo que se acrecentará hasta el punto de abandonar los rodajes para refugiarse en todo ello. Cualquiera lo dudaría observando los primeros minutos de "El Funeral", cuyo estilo y perfecta técnica impregnan la trama y se desarrollan de maravilla hasta el final; también el paso fúnebre, la elegía, la muerte, quizás de un género en sí mismo, cuando el féretro del hermano menor de los Temple es conducido al hogar ante las miradas de todos.

Tan relegadas en este cine, y en concreto en el de gángsters italianos, las mujeres cobran una importancia capital para St. John; tanto que pareciera que la mirada que define a "El Funeral" es la lanzada desde Jean (magnífica y hermosa Annabella Sciorra) a su marido Ray (Christopher Walken inmejorable en un papel que iba a ser para Nicolas Cage...). La mirada de la impotencia ante lo que se vaticina como un desastre, mirada de tristeza ante la repetición de la misma historia y el ciclo eterno de la violencia; esto explorará Ferrara en un microcosmos situado en la época de la Depresión donde ya hemos oído y visto absolutamente todo.
Puede que lo haga utilizando los estereotipos conocidos (¿acaso no conocemos al cabecilla duro pero siempre sensato, al hermano psicótico y maltratador (Chez, un iracundo Chris Penn que se lleva toda la atención cuando aparece en pantalla), al otro hermano renegado e ingenuo, la esposa harta de la tradición familiar o al socio arrogante que termina con todos en su contra?), pero logra desprenderse de las típicas maniobras del cine de gángsters, como las peleas entre bandas, y se sumerge en la violencia interior individual e intrafamiliar, para ello recurriendo a ingeniosas elipsis que abre un pasado manchado de brutalidad y unas reglas nada justificadas.

El Ray niño obligado a matar a un enemigo de la familia para "liberarle de su pecado", para evitar que regrese a ellos. Esta violencia sigue conviviendo, se transmite (los hijos de Ray, que juegan a dispararse con pistolas de juguete) y estalla y corroe a todos cuando el cadáver de Johnny es descubierto en la entrada de un cine; a partir de aquí la historia podría decirse que se apoya en la venganza de los dos hermanos por atrapar a los culpables. No es sólo eso y sí. Es lo que arrastra la venganza, y desde el primer plano del film, que no es sino una escena de otro (el clásico "Bosque Petrificado", cuyas palabras pronunciadas por sus personajes son un mal presagio).
Más tarde un sacerdote marcha de la casa y se ve incapaz de sentir piedad ante la petición de Jane de que rece por ellos, pues en realidad no hay nada que pueda salvar a individuos de tal estirpe; la fatalidad va unida a la tradición del gángster. Ferrara, con una sobriedad y una oscura profundidad casi "coppoliana" (¿quién diría que dirigió ésto bajo los efectos del crack?), analiza, la mayoría de veces abriendo elipsis, el camino al infierno que recorren Ray y Chez, aunque por senderos diferentes ambos conducidos al pecado. Johnny creyó salvarse a través de la libertad sindical y el comunismo, y fracasó al carecer de capacidad de fidelidad y compromiso.

Si a Chez le dominan la rabia y la avaricia a niveles descontrolados, a Ray le domina su falta de fe. La mirada dura de Walken transmite este vacío y desafección, el de alguien cuya creencia fue diezmada por la presencia de la violencia y la implacable realidad de un mundo movido gracias a ella; Ray, ateo confeso, desprecia tener que seguir el camino recto según el mandato divino, así que traza el suyo propio, sin conceder atenuantes en su rechazo total a la redención ("Iré al Infierno y me pudriré allí", escupe orgulloso pero resignado a tal cruda realidad). St. John no da tregua esta vez.
Chez y Ray preguntan al cadáver de Johnny y no hay respuesta, ni tampoco habrá un acto de arrepentimiento ante la cruz, habitual de sus guiones. Aquí la redención se les escapa a todos estos miserables personajes masculinos mientras las mujeres sólo pueden observar de lejos su consumición (Sciorra nos honrará con esta amarga reflexión en un instante del todo desgarrador). Aunque el punto clave se da al personarse el supuesto culpable ante Ray (continúo en Zona Spoiler); la única salvación es encomendarse pronto al Infierno, desde luego, por ello el director nos sacude con uno de los colofones más apocalípticos de todo su cine, tanto en magnitud como en profundidad.

Muy premiado si bien no lucrativo en su época, su fresco destaca sobre otros del género por su aspereza y aproximación veraz a la tragedia del gángster, y es además la última gran obra de su carrera.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chris Jiménez
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