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Voto de Chris Jiménez:
6
Western. Ciencia ficción. Comedia Jim West es un viejo héroe de la guerra de Secesión (1861-1865). Artemus Gordon es un imaginativo sheriff que lo supera en el arte del disfraz. Cuando los Estados Unidos se ven amenazados por Arliss Loveless, un lunático confederado, el presidente Ulysses Grant encarga a esta excéntrica pareja que se ocupe de él. En un movido viaje desde Washington a Utah, nuestros héroes deberán enfrentarse a los diabólicos artilugios de Loveless. (FILMAFFINITY) [+]
1 de enero de 2024
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Siempre se ha dicho que John Ford acabó con el "western" clásico al matar a Liberty Valance, eso es cierto...
Pero si el veterano sólo lo mató el sr. Barry Sonnenfeld lo vuela por los aires. Y queda algo muy diferente, un Oeste como nunca se había visto antes...

¿O sí se había visto? Aunque todavía alguien lo desconozca el Oeste fue testigo de su burla más disparatada en 1.965, cuando Michael Garrison insufló vitalidad a los obsoletos seriales con una divertida mezcla entre el colorido universo de James Bond y el "western" en su vertiente más trepidante y desenfadada. ¿Qué sucedió treinta y cuatro años después? Según un gran número de personas la catástrofe del momento; aún no entiendo la razón, y no es por influencia de la nostalgia, ya que el "Wild Wild West" de Sonnenfeld fue uno de los VHS obligatorios no sólo durante mi infancia, sino también en años posteriores...
Con el paso del tiempo uno tiene la oportunidad de acercarse y ver los detalles, algunos decisivos para que el producto no fuera todo lo redondo que pudo ser. Porque desde la tentación de tener a Richard Donner y Mel Gibson en él cuando ni se hablaba de rodaje pasarían muchas cosas, entre reescrituras, cambios de casting y filmación de nuevo material para contentar al público, sobrepasándose tanto el presupuesto que se convertiría en el film más caro de la Historia de Warner Bros.. La infidelidad a la serie original, que creció con cada modificación de guión, participando hasta catorce manos en ello, puso la guinda para ganarse el odio de todos los implicados, en especial Will Smith.

Se dice rechazó aparecer en "Matrix" y fue la peor decisión de su carrera (por lo visto se le ha olvidado la de "Independence Day"...); después de trabajar con el director en la amasadora de billones "Men in Black" está claro que él era la mayor estrella del momento, y en ningún sitio se podría lucir mejor que en esta carísima producción, que desde la primera secuencia, tras unos títulos que homenajean a la serie (en su contexto moderno, se entiende) y esa legendaria partitura del maestro Elmer Bernstein, se nos bombardea con un espectáculo de acción aparatoso.
Es un aviso y lo que precede a la entrada de Smith (porque Jim West es Robert Conrad, eso es así) en el burdel encontrándose cara a cara con un travestido Kevin Kline que cree interpretar a Artemus Gordon (cuando ese simpático papel seguirá siendo de Ross Martin). Sonnenfeld se preocupa más del ritmo frenético, la acción y los planos rápidos cual Roland Emmerich, y su Oeste anacrónico de tipos deformes, mujeres explosivas, disfraces raros, armas innovadoras y demás excentricidades tiene un toque malicioso a lo Shane Black (tras ventilarse cuatro kilos de cocaína) que hay que ver para creer.

El villano es el más memorable de la serie original, Loveless, aquel enano un tanto insoportable encarnado por Michael Dunn, con ínfulas megalomaníacas, pero aquí el Kenneth Branagh más gamberro de su carrera lo transforma en un horripilante ser con la mitad del cuerpo amputado y al que da un tono más siniestro y exageradamente teatralizado. La tarea de estos West y Gordon es muy convencional: encontrar a científicos secuestrados por ese genio del mal, premisa de cómic barato; la travesía tendrá sus grandes momentos de acción en general, pero la química entre Smith y Kline chirría más que las ruedas del actualizado Wanderer.
Química y actuaciones que se ven dañadas por culpa de un guión demasiado precipitado a la vulgaridad, a la grosería y a chistes infantiloides (¿qué se puede esperar de algo escrito por los responsables de "Depredador" y luego reescrito por los de "Temblores"?), por interacciones poco agradables y personajes desquiciantes; la actuación de Salma Hayek, de quien la cámara sólo capta sus pechos (abultan en pantalla más que Monument Valley), y varias conversaciones interminables sobre el mismo tema entre los protagonistas, son de las cosas más vergonzosas que hallamos aquí (eso y ver a Smith disfrazado de bailarina, terrible imagen).

La verdad es que Hayek es un asombroso cero a la izquierda, igual que la sexy Bai Ling, que parece tener alguna función más allá de seducir a Smith, y nada más lejos. Por otra parte la química de West y Gordon funcionaría mejor si sus papeles no sufrieran del cinismo y la chulería del guión (en la serie eran buenos amigos, aquí se destripan el uno al otro cada vez que pueden). Sin verdaderos personajes (al de Smith se le quiere dar una profundidad mayor a destiempo) sólo queda dejarse llevar por el frenesí descerebrado, entre intensas persecuciones en tren, carreras por maizales esquivando cuchillas gigantes, viajes en aparatos voladores cruzando el desierto...
Y lo más increíble: duelos a puñetazo limpio a bordo de una araña mecánica gigante (obsesión psicótica del productor Jon Peters, que jamás abandonó la idea, incluso quiso usarla en otras películas...). Cuando algo así asoma en pantalla queda claro que usar el sentido común es una gilipollez y preguntarse por cosas más sutiles una gilipollez más grande (no repitan más lo anacrónico del papel de Smith, un agente del Gobierno negro en esos EE.UU. recién salidos de la Guerra Civil...¡cuando hay una araña de 85 metros arrasando pueblos a cañonazos!).

Es un pasatiempo sin sentido, delirante y confuso (pese a la poca sangre vertida, su violencia y extraño humor negro no la hacen precisamente una película comercial para toda la familia), pero un pasatiempo entretenido, de secuencias épicas y grandilocuentes, de ritmo endiablado y acción sin descanso, y Smith y Kline derrochan cierto carisma (éste más en su doble papel).
La mayoría de sus implicados se disculpó o admitió el gran error de haber participado en ella, pero curiosamente esto fue mucho después de recibir los cheques, así que no merece la pena. Para mí, lejos de los ocho Raspberry a los que fue nominada, esta "Wild Wild West" seguirá teniendo el mismo aberrante y ponzoñoso encanto que la primera vez que la vi.
Chris Jiménez
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