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Voto de El Mariscal:
8
6,6
414
Serie de TV. Thriller
Serie de TV (2016-2018). 2 temporadas. 20 episodios. Driss, un joven futbolista de origen africano es encontrado muerto en un río de un pueblecito de los bosques de Valonia. Un analisis superficial parece indicar que se trata de un suicidio. Yoann Peeters, un policía recién trasladado de Bruselas, observa indicios que le hacen pensar que se trata de un asesinato. (FILMAFFINITY)
20 de julio de 2020
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al fin una serie astuta y sin giros boludos que no llevan a ningún lado, con un guión que se potencia si lo comparamos a la pobreza artística que nos rodea.
'La trêve' posee una substancia argumentativa y actoral tan bien trabajada que no necesita de nombres conocidos, se impone sola por el peso de su estructura.
A destacar su protagonista, el violento y testarudo detective Peeters, al parecer un imán para los problemas y a los cuales dicho personaje intenta tapar y omitir con el consumo de estupefacientes varios cual Dr. House, dando como resultado una inestabilidad psíquica y emocional que repercute, también, en el resto de los personajes.
Muy coherente el uso de los flashbacks y acertadas las sesiones entre Peeters y su psicóloga, importantes para el desarrollo de la historia.
Lo mejor: el pueblo de Heiderfeld que hace las veces de co-protagónico, paraje idílico en donde toda la historia gira y se amolda, escondiendo un trasfondo obscuro sugerido por las actitudes y acciones de sus residentes.
Lo peor: la relación lésbica de la hija de Peeters que no venía a cuento pero bueno, el diezmo de la neo-religión hay que pagarlo así el relato no sume absolutamente nada al conflicto ni lo condicione.
'La trêve' posee una substancia argumentativa y actoral tan bien trabajada que no necesita de nombres conocidos, se impone sola por el peso de su estructura.
A destacar su protagonista, el violento y testarudo detective Peeters, al parecer un imán para los problemas y a los cuales dicho personaje intenta tapar y omitir con el consumo de estupefacientes varios cual Dr. House, dando como resultado una inestabilidad psíquica y emocional que repercute, también, en el resto de los personajes.
Muy coherente el uso de los flashbacks y acertadas las sesiones entre Peeters y su psicóloga, importantes para el desarrollo de la historia.
Lo mejor: el pueblo de Heiderfeld que hace las veces de co-protagónico, paraje idílico en donde toda la historia gira y se amolda, escondiendo un trasfondo obscuro sugerido por las actitudes y acciones de sus residentes.
Lo peor: la relación lésbica de la hija de Peeters que no venía a cuento pero bueno, el diezmo de la neo-religión hay que pagarlo así el relato no sume absolutamente nada al conflicto ni lo condicione.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Ningún guión está exento de cagadas: celulares "olvidados" en momentos claves o algún que otro recibo de compras bien expuesto y legible en el tacho de basura pero, más allá de esos "errores", no dejan cabos sueltos.
Hay algunas sub-tramas pelotudas e innecesarias, como por ejemplo la que muestran el abuso sexual de un entrenador de fútbol hacia los chicos del club, ya que la misma es tratada muy superficialmente, sin profundizar, banalizando la situación, ergo: mero relleno para cumplir con la agenda.
Y el mambo místico al recontra pedo en el tramo final de la segunda temporada es un chiste, porque si tenemos en cuenta la raigambre objetiva de cada capítulo hasta ese momento, los mismos nunca te sacan de contexto como sí lo hace este tema boludo sobre fantasmas y qué se yo.
En conclusión: más allá de escenas metidas a los apretujones porque sí, porque posfeminismo, el rompecabezas se termina armando solo, sin que falte ni sobre ninguna pieza...
Hay algunas sub-tramas pelotudas e innecesarias, como por ejemplo la que muestran el abuso sexual de un entrenador de fútbol hacia los chicos del club, ya que la misma es tratada muy superficialmente, sin profundizar, banalizando la situación, ergo: mero relleno para cumplir con la agenda.
Y el mambo místico al recontra pedo en el tramo final de la segunda temporada es un chiste, porque si tenemos en cuenta la raigambre objetiva de cada capítulo hasta ese momento, los mismos nunca te sacan de contexto como sí lo hace este tema boludo sobre fantasmas y qué se yo.
En conclusión: más allá de escenas metidas a los apretujones porque sí, porque posfeminismo, el rompecabezas se termina armando solo, sin que falte ni sobre ninguna pieza...