La necesidad de explicación en los puntos más importantes de la trama o, al menos, en los puntos que le darían coherencia a la misma, no serán respondidos en la película y por ese mismo motivo es que falla tanto.

La premisa es buena pero no basta con eso ya que no alcanza con meter decenas de "símbolos" dentro de la cinta para intentar "ocultar" algo que está a la vista de todos nosotros (nunca mejor dicho).
Y si a lo anterior le sumamos el hecho de que en varias escenas los personajes nos explican a viva voz lo que uno tendría que poder razonar sin problemas, nos encontramos con un cuento filmado más no con cinema.
De ahí que no se entienda la manía de la "crítica profesional" en describir a Peele cual salvador del género de terror como si del próximo Kubrick se tratase cuando de un Shyamalan desabrido no pasa.

A destacar su lograda puesta en escena siendo esto, quizás, lo que verdaderamente llame la atención del film, con una influencia claramente expresionista.

Lo mejor: observar cómo Peele critica las estructuras de poder censuradoras de las libertades individuales apelando al uso de aquellas que, defensa de por medio, hacen exactamente lo mismo pero con otros modales.

Lo peor: que tanto estética como temáticamente, esta producción es una continuación de 'Get Out' pero sin poder ya no superarla sino igualarla, por ende, no sería extraño una "tercera parte" en lo absoluto.