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Voto de Luis Guillermo Cardona:
3
Western Ed Bannon es el jefe de los exploradores del puesto de caballería de Fort Clark (Texas). El ejército está a punto de firmar un tratado de paz con los indios Apaches para confinarlos después en una reserva de Florida. Bannon, que conoce muy bien a los apaches porque ha vivido con ellos, no se fía de su palabra. Cuando Toriano, el hijo del jefe apache, regresa después de terminar sus estudios en el Este, las sospechas de Bannon se acrecientan. (FILMAFFINITY) [+]
9 de junio de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un prospector, es aquel individuo que se ocupa de hacer el primer análisis geológico de un territorio, en procura de identificar la existencia de metales preciosos, fósiles, y otros minerales. Esta fue la labor que, por años, desempeñó, Albert Sieber, el 13° de 14 hijos que tuvieron, Johannes Sieber y Eva Katherina Fisher, una pareja alemana que vivía en Mingonsheim, Baden, donde nació, Al. En 1851, huyendo de la revolución, la familia emigró a los Estados Unidos de Norteamérica, donde fijaron su residencia en el Estado de Minnesota donde, Albert, se enlistó en el ejército al inicio de la Guerra Civil. Tras participar en diversas batallas, hizo parte de las luchas contra los pueblos Indé (Apaches=Enemigos, para los gringos), en una de las cuales resultó herido… y tras su baja y posterior recuperación, fue que se convirtió en prospector en los territorios de California y Arizona. En esta labor, participó en varios enfrentamientos contra los apaches rebeldes que no se resignaban a la miserable vida que se les daba en la reserva de Cave Creek.

En vista de que un líder indio llamado, Apache Kid, alguna vez lo hiriera y resultara un hueso duro de roer, cuando por fin el ejército consiguió su rendición, lo sentenció a 10 años de prisión… pero luego, un juez imparcial llegó a la conclusión de que el juicio fue amañado y, Apache Kid, tuvo que ser liberado. No conforme con ésto, en 1889, Sieber declaró que Kid le había disparado y lo acusó de intento de asesinato. Se demostró, luego, que el disparo lo hizo otro hombre llamado Curley, pero ninguno de los testigos oculares quiso declarar en contra del explorador… así que, Apache Kid, terminó condenado a 7 años en la Prisión de Yuma.

Al Sieber, es, pues, otro de los inexcusables héroes de cartón, a quienes la “supremacía blanca”, les rinde culto y toda suerte de honores: Estatuas, libros, películas, homenajes… y hasta una lujosa tumba. Él fue la inspiración para el cruel y reaccionario personaje que, primero, W.R. Burnett, utilizara en su novela, “Adobe Walls: A Novel of the Last Apache Rising” (1953) y cambiándole de nuevo el nombre, el director y guionista, Charles Marquis Warren, lo convierte ahora en, Ed Bannon, se inventa que lo criaron los apaches y su odio por este pueblo no tiene más explicación que su justa, pero, para él, indebida rebeldía.

En una década en que surgieron westerns consecuentes y de gran valía como, “Apache”, “Broken Lance”, “Bad Day at Black Rock” y otros tantos, Warren se aparece con un western pro-expropiación, ultraderechista y reaccionario, donde el “héroe” es el que reprime, el que pretende el sometimiento, y el que asesina sin piedad a los indígenas; y no, Toriano, el líder apache quien, tras formarse en una universidad, regresa para defender los vulnerados derechos de su pueblo. Ese plano de, Toriano, soltándose el cabello, es de lo poco acertado que puede verse en, <<HOGUERA DE ODIOS>>, pues, surge como premonición de lo que, una década después, ocurriría con la joven generación que se rebelaba contra el guerrerismo y la hipocresía social. De resto, el filme es de un atraso ideológico atroz. Se muestra a, Bannon, llevando un pantalón gris para revalidar la causa proesclavista de los Confederados y vemos el arrinconamiento de los apaches como si fuese justo. Su interés por la mestiza Nita, es de uso y abuso, pero no de amor… y tangencialmente, se acusa de comunistas a las culturas indígenas, revalidando la nostalgia por el macartismo que, tres años atrás, había sido sentenciado como una vergüenza nacional. Lela, la enamorada del explorador asesino, es una tontuela redomada… y no sé quién se anime a aplaudir el rendimiento de los apaches ¡porque huele a fascismo y a gravísima ofensa!

Le doy tres puntos a este bodrio: Por la actuación de Jack Palance, por la premonición antes citada, y porque, sin pretenderlo, nos permite descubrir a otro héroe de pacotilla de los que empañan los bellos parques estadounidenses.

Título para Latinoamérica: HOGUERAS DE ODIO
Luis Guillermo Cardona
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