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Voto de Luis Guillermo Cardona:
5
Romance. Comedia Los camaradas Iranoff, Buljanoff y Kopalski han sido enviados a París para obtener dinero para el Gobierno ruso mediante la venta de las joyas confiscadas a la gran duquesa Swana, que vive en la capital francesa. Los tres camaradas se instalan en un hotel de lujo mientras los tribunales franceses deciden quién es el verdadero propietario de las joyas. El Gobierno ruso envía a Nina 'Ninotchka' Ivanovna Yakushova a arreglar las cosas. (FILMAFFINITY) [+]
1 de agosto de 2014
25 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
En diciembre de 1929, había comenzado en los EEUU una de las peores crisis (el llamado crack) que hubiera conocido el mundo de los negocios en toda su historia. La suerte de sanción que la indefectible Ley de Resonancia suele aplicar cada tanto, para demostrarnos que, aquello con lo que dañas o perjudicas a otros lo vas a sentir luego en carne propia. Pero esto, todavía ellos no consiguen comprenderlo. La otra gran crisis les llegó en años recientes y nada ha cambiado en la mentalidad estadounidense. ¡Allá ellos! O aprenden… o la Ley de Resonancia se aplicará de todas formas, porque la evolución es con el hombre… o contra el hombre.

Para 1939, en Los Estados Unidos de Norteamérica había 13 millones de desempleados, y a quienes seguían trabajando les estaban pagando el 60% menos. Como puede suponerse, la imagen del país estaba por el suelo en la mente de sus orgullosos –y algunos bastante soberbios- ciudadanos.

Es entonces, cuando los medios de comunicación (incluido el cine y demás organismos que debieran favores), juegan su papel de “fábrica de sueños”, para levantar el ánimo de los individuos a punta de “píldoras” que de ser necesario contendrán desinformación, datos falsamente optimistas, promesas que solo un milagro hará realidad… y comparaciones con otros países “en peores condiciones”, aunque el mal de otros sea consuelo de tontos.

El cine entonces jugó su papel en la entrega de consuelo… y así surge una película como “NINOTCHKA”, donde se procura con gracia, sutileza, y una que otra liviandad y bobería, dejar a la Rusia comunista (la otra gran potencia entonces) como una nación en franco subdesarrollo, mientras que, el occidente capitalista (para el caso París, ya que EEUU lucía bastante desencantado), era sinónimo de alegría, tardes de sol, complacencia para los sentidos… y donde la libido, obviamente, no conocía estancamiento alguno.

Y claro, los representantes de Rusia (tres hombres que lucirán bastante tontos y una atractiva sargento, Ninotchka Yakushova, cuya frialdad durará hasta que se entere de las “bondades” que ofrece el capitalismo), al llegar con la penosa misión de vender unas joyas expropiadas a la zarista duquesa Swana ¡asilada precisamente en la acogedora capital de Francia!, pronto sentirán que han llegado al paraíso (¿?).

“NINOTCHKA” -tercera de cuatro obras del húngaro Menihért (Melchior) Lengyel que, el director Ernst Lubitsch, adaptara al cine- fue por supuesto, un gran éxito comercial. El calmante para la depresión entró bien dosificado con el aporte adicional de tres connotados escritores (Brackett, Wilder y Reisch), expertos en diálogos mordaces y corrosivos. Las actuaciones tienen su gracia… y hasta nos venden la idea de que la sueca Greta Garbo, la nueva diva de Hollywood, nos va a regalar “por vez primera” una sonrisa ¡Garbo laughs! (una “inocente” mentira, pues, en el minuto 25 de “La reina Cristina” [1933], ríe bastante a gusto).

Al fin, “NINOTCHKA” es puro caramelo. A Lubitsch le tocaba mostrarse agradecido con el país que con tanta aprobación lo había acogido… y este fue su ruboroso regalo.
Luis Guillermo Cardona
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