Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Luis Guillermo Cardona:
7
Terror. Thriller Hace poco más de cinco años, un apacible informático mutiló, asesino y devoró a un hombre tras supuestamente alcanzar un acuerdo mutuo a través de internet. El caso del llamado “caníbal de Rohtenburg”, uno de los que más polémica han generado en la última década, ha servido ahora de inspiración para la primera película del director de videoclips Martin Weisz. Un truculento thriller protagonizado con solidez por Thomas Ketschmann en el ... [+]
8 de enero de 2010
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las imágenes, las palabras, las experiencias que vamos guardando cada día en nuestro fuero interno, es lo que va determinando todo aquello que exteriorizamos luego. Porque, es de ésta manera como, cada ser humano, va trazando su propia idea del mundo y de su propio ser. Lo que cada uno hace, dice o proyecta, suele ser enseñanza para alguien que, consciente o inconscientemente, lo introyecta... y quizás termine asumiéndolo como válido para su propia vida. Esto es lo que hace que, cada ser humano, sea único e irrepetible aunque, en esencia, todos seamos iguales. Al no escuchar nadie todo lo que yo he escuchado, al no haber visto nadie todo lo que yo he visto y al no haber tenido nadie las mismas experiencias que yo he tenido, eso me hace diferente y con potenciales que, sólo yo, puedo desarrollar a mi manera.

Tienen que haber sido muy, pero muy cargadas de sombra, las cosas que guardaron en su psique, Armin Meiwes y Bernd Brandes. El primero, un técnico informático que dedicaba mucho tiempo a navegar por túneles oscuros a través de la internet; y Brandes, un ingeniero berlinés que conoció el sufrimiento y el maltrato desde muy temprana edad.

Ambos, habían oído hablar del, “Tomad y comed, éste es mi cuerpo”; sabían del lobo que se comió a la abuela de Caperucita; habían leído sobre las tribus caníbales y sabían del canibalismo social subsistente en nuestros tiempos; comían carne cada uno... y habían visto desollar animales antes de comérselos. Los dos eran homosexuales y cada uno sentía un ansia infinita por encontrar a alguien que pudiera ver, sin juicio alguno, dentro de los rincones más oscuros de su corazón… y, para su fortuna, en las postrimerías del siglo XX, ya contaban con esa envolvente red -conocida como la Internet-, que ha puesto, al alcance de todos, la información expedita que puede orientarnos más pronto hacia el cielo… ¡o hacia el infierno!

El realizador de videoclips, Martin Weisz, vio un gran filón en éste escabroso suceso que conmocionó a medio mundo, y se lanzó a una ópera prima que estuvo muy cerca de ser una gran película. Cambió los nombres a los protagonistas y contó la historia con una visión madura, empática, sensiblemente humana y profundizando en ese acervo que explica lo que se hace por perverso que parezca y, casi hasta el final, sentimos compasión por el doloroso fondo al que llegan los personajes. Las actuaciones son perfectas, la ambientación envolvente…

Pero, a mi manera de ver, Weisz (o quizás el guionista, T.S. Faull), cometió dos grandes errores: Uno, al elegir como el personaje que indaga la historia a una estudiante totalmente desconectada de los hechos, y quien luego demuestra que, su capacidad de distanciamiento y de compenetración con la psicología humana, tienen un límite; y dos, al no cerrar la historia, dejando al personaje en busca de más carne humana, lo que hace suponer que ya tiene en mente una segunda parte… y ésto huele a afanes mercantilistas.

<<EL CANIBAL DE ROTEMBURGO>>, es un filme apto, únicamente, para personas de mentalidad adulta.
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow