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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Western. Drama A Wyatt Earp (Henry Fonda), antiguo sheriff de Dodge City, le ofrecen el puesto de comisario de la ciudad de Tombstone, pero lo rechaza porque le interesa más el negocio ganadero al que se dedica con sus hermanos. Sin embargo, cuando uno de ellos muere asesinado, acepta el puesto vacante y nombra ayudantes a sus hermanos. Contará también con la amistad y la colaboración de un jugador y pistolero llamado Doc Holliday (Victor Mature). (FILMAFFINITY)  [+]
18 de marzo de 2009
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Revisando el cine de, John Ford, últimamente, he llegado al convencimiento de que, éste irlandés, era un gran romántico y un apasionado por las mujeres. Desafortunadamente, la costumbre en muchos países no es traducir sino cambiar literalmente los títulos originales de las películas para ponerles otros “que atraigan más al público” bajo el supuesto de que, “a la gente sólo le gusta lo que huela a violencia, sexo y acción”. Si observamos los títulos originales de los westerns de Ford, sólo a un romántico se le ocurre titular algunos como, “Mi Querida Clementina” o “Ella Llevaba un Ribete Amarillo”... y obsérvese sus historias, y el romance se verá plasmado, con significativa y soterrada fuerza, en muchos de ellos. En especial, “The Searchers”, y ésta, <<PASIÓN DE LOS FUERTES>>, como se ha dado en retitular a, “My Darling Clementine”.

En el guion de, Samuel G. Engel y Winston Miller, basados en una historia de Sam Hellman y en la novela de, Stuart N. Lake, el legendario excomisario de Dodge City, Wyatt Earp, lleva ahora un ganado en compañía de sus tres hermanos y cuando pasa por las afueras de un pueblo llamado Tombstone, se encuentran con la pandilla de los Clanton, pero la oferta que, el padre de éstos, hace por las reses, no interesa a Wyatt. Queriendo descansar y divertirse un rato, los Earp entran al pueblo y dejan al menor, James, al cuidado del ganado. Lo que ocurre luego, motiva a, Wyatt, a aceptar el cargo de comisario ante la dimisión del último cobarde que portaba la estrella de la justicia.

A, Wyatt Earp, lo anima la venganza y el deseo de hacer justicia, pero, cuando conoce a Doc Holliday, un médico cirujano convertido en renegado de la justicia por circunstancias de la vida y quien ahora padece una grave tuberculosis, la historia se centra en ellos y en la singular amistad que poco a poco van tejiendo, pese a que miran la vida desde ángulos bien distintos. Sólo al final, el episodio con los Clanton quizás propicie la ocasión de reunificar el rumbo.

Dos mujeres aman al Doc: Chihuahua (¡nombre muy descriptivo para la preciosa cantante del bar!) y la recién llegada, Clementine, cuya encantadora presencia atrae de inmediato a, Wyatt, quien, desde entonces, manejará con la mayor discreción el sentimiento que surge hacia ella sin poder remediarlo. Como en, “The Searchers", son sutiles detalles los que delatan el amor del héroe por la mujer ajena mientras, pacientemente, ellos esperan que sea la Providencia la que determine si es posible el encuentro.

Con Wyatt, el director John Ford, consigue recrear a un tipo de héroe como él se lo imaginase. En su favor: fuerte y noble, justiciero y defensor de los derechos de todos los blancos. Pero, de otro lado, claramente anti-indios y capaz de aleccionar, a lo macho, a cualquier mujer que no esté dispuesta al juego limpio. Ésta, podría verse como una cualidad, pero, al volverse ejemplarizante, es evidentemente una debilidad que, además, suele manchar buena parte de la obra de este realizador.

Haciendo eco de su acostumbrada fotografía, de gran preciosismo en los maravillosos paisajes del Monument Valley, John Ford, ha logrado, pese a todo, uno de sus más sólidos western.
Luis Guillermo Cardona
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