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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Bélico. Drama Jim es un niño rico que nunca ha trabajado. Cuando estalla la Primera Guerra Mundial, Jim, presionado por su novia, se alista junto a otros dos jóvenes, Bull y Slim. Cuando llegan a Francia se dan cuenta de que la guerra no es lo que esperaban. Película muda cuya estética la convertió enseguida en todo un clásico del séptimo arte. (FILMAFFINITY)
7 de marzo de 2014
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando ya había realizado una veintena de películas, King Vidor sintió que ya estaba preparado para hacer películas grandes (“como las que hacía, David W. Griffith”) que tuvieran una larga permanencia entre el público y en la historia cinematográfica. Hecha la propuesta al productor, Irving Thalberg, éste aceptó que empezara con una película de guerra y mencionó lo mucho que le había gustado la versión teatral de, “What Price Glory”, añadiendo que podía contratar al escritor, Laurence Stallings, para que les hiciera una nueva historia.

Con la entusiasta aprobación de Vidor, Stallings -que había perdido una pierna mientras peleaba en Francia durante la I Guerra Mundial-, fue contratado de inmediato, y basado en su obra autobiográfica, “Plumes” (1924), y en una serie de conversaciones con el director, comenzó a surgir el guion definitivo, siendo, ésta, la génesis de una de las más exitosas y bien realizadas películas bélicas que se hayan hecho en la historia del 7° arte.

Se escogió como protagonista al renombrado, John Gilbert -quien desde aquí entraría a reemplazar a, Rodolfo Valentino, como el gran ídolo de las damas; y para el rol de Melisande, Vidor eligió a la francesita, Renée Adorée, una morena de azules ojazos que desbordaba una gran alegría… y que mantuvo al director fascinado con ella durante todo el rodaje. A continuación, Vidor la contrataría de nuevo para, “La Bohème”... pero le quedaban pocos años de vida a la linda Renée, quien, con apenas 35 años fallecería de tuberculosis.

A la luz de la ágil edición y de los descrestes técnicos que podemos tener en la actualidad, <<EL GRAN DESFILE>>, puede resultar ahora un tanto lenta y rezagada, pero, quien sepa ubicarse en su momento histórico y consiga captar ese profundo sentimiento de humanidad que guarda dentro de sus magníficas imágenes, seguro entenderá que estamos ante un clásico del cine digno del mayor aprecio... y hay que ver ¡cuántas películas han bebido de esta fuente desde entonces!

Vidor, quería hacer una película honesta acerca de la guerra, y a fe que lo logró, pues, recrea su historia desde el punto de vista de soldados rasos, con sus miedos, sus repulsas, su mayor interés en divertirse que en pelear con nadie… y con sus repentinos momentos de valentía cuando sienten que los alemanes (u otros cualquiera) tocan con sus amigos. Sus banderas son la amistad y la unión entre los pueblos.

Hay momentos maravillosos, de gran belleza plástica y pletóricos de poesía, como la partida de Jim para irse al frente, mientras Melisande le busca desesperadamente; o ese otro instante en que, Jim, tropieza en una trinchera con un soldado alemán que se encuentra moribundo. El drama, la comedia y una magnífica escena de batalla (complementada, a capricho de Thalberg, por el director, George Hill), se conjugan para darnos un filme de gran relieve que, hasta la realización de, “Gone with the Wind” (1939), permanecería como el título más taquillero de la MGM, siendo además el filme silente que más recaudara en toda la historia: ¡22 millones de dólares, solo durante su estreno mundial!

Valga resaltar la magnífica partitura de, Carl Davis -agregada al filme en 1988-, con la cual éste recobra una notable majestuosidad en sus escenas de batalla.

Con, <<EL GRAN DESFILE>>, ya no quedaba duda: King Vidor es uno de los grandes.
Luis Guillermo Cardona
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