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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Intriga. Drama. Cine negro Manny es un músico de jazz que vive apaciblemente en Nueva York con su esposa Rose y sus dos hijos pequeños. En una aseguradora, una empleada lo confunde con un ladrón que había robado allí unos días antes y lo denuncia a la policía. Comienza entonces para él una angustiosa pesadilla: es detenido y acusado de una serie de hurtos perpetrados en el barrio. Lo terrible es que todos los testigos y las pruebas caligráficas corroboran su ... [+]
23 de enero de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Transcurría el año 1951, y por aquellos días, Christopher Emmanuel Balestrero, era un hombre de 42 años, felizmente casado y con dos pequeños hijos que comenzaban a demostrar inclinaciones por el arte de su papá, quien se desempeñaba como músico en la orquesta del Stork Club de Nueva York. Un día, necesitada su esposa, Rose, de un dinero para hacerse un arreglo dental, “Manny” -como le llamaban sus más cercanos- acudió a la compañía de seguros con la que tenía contratadas algunas pólizas, confiando en que allí podría conseguir el dinero… y ese sería un día gris para él, cuando las empleadas, una a una, se van sugestionando y resultan convencidas de que, él, es el mismo hombre que días atrás las había asaltado.

Se convirtió este en un sonado caso de identificación errónea, donde un falso culpable terminó sufriendo el asedio de la “justicia”, al tiempo que vio a su esposa padecer trastornos mentales a consecuencia de un acerado sentimiento de culpa y por haberse convencido de que, el mundo entero, se había confabulado contra ellos.

En 1953, en la edición de junio de la revista Life, saldría publicado un artículo sobre el tema y éste sería la base que, luego, el renombrado escritor Maxwell Anderson, transformaría en un guión dramático escrito con la colaboración de Angus MacPhail y el cual sería llevado al cine por el director Alfred Hitchcock, como variación del cine de suspenso a que nos traía acostumbrados.

La historia no es rigurosamente fidedigna, pues Hitchcock retiene ciertos hechos reales para lograr una mayor carga emotiva, pero en términos generales, “FALSO CULPABLE” es otra de las tantas historias que han dado cuenta de los errores judiciales que tanta desgracia han causado a incontables hombres y mujeres de nuestro planeta.

Hitchcock hace lo que puede… y hasta se atreve a darle su personal impulso al filme, haciendo un breve discurso en el inicio como si se tratara de otro episodio de su seriado “Alfred Hitchcock presenta”. Y claro, la película lo necesitaba, porque los personajes no consiguen convencernos plenamente con su fragilidad de carácter, y todo resulta de un tono tan lastimero que queda bien lejos lo que uno realmente podría esperar: un drama potente y edificante. Aunque, necesario es decirlo, cabe destacar el sosegado carácter del protagonista que, en su momento, le merecerá el aprecio y la credibilidad de los policías que atendieron su caso inicialmente. El problema es que posee serenidad, pero le falta empuje.

Henry Fonda tiene aquí una actuación que le reclama muy poco, y con esa manera como su personaje acoge las cosas que van presentándose, ¡cuán lejos resulta de ese Jean Valjean de “Los miserables” al que esta historia nos remite inevitablemente! Por su parte, Vera Miles consigue conmovernos con su dramática actuación, pero al tiempo, es el personaje más débil de la historia al llevar ésta al punto de los más cursis melodramas. Y Anthony Quayle, muy poco que hacer como abogado.

A la película le falta espíritu de fuerte drama… no tiene tampoco un solo personaje secundario que funcione significativamente… el juicio no deja ni la más mínima huella… y la resolución es el resultado absoluto de las oraciones. Anímicamente, Hitchcock debía estar aquí en uno de sus momentos más bajos.

Título para Latinoamérica: “EL HOMBRE EQUIVOCADO”
Luis Guillermo Cardona
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