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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Acción. Aventuras. Drama En el año 180, el Imperio Romano domina todo el mundo conocido. Tras una gran victoria sobre los bárbaros del norte, el anciano emperador Marco Aurelio (Richard Harris) decide transferir el poder a Máximo (Russell Crowe), bravo general de sus ejércitos y hombre de inquebrantable lealtad al imperio. Pero su hijo Cómodo (Joaquin Phoenix), que aspiraba al trono, no lo acepta y trata de asesinar a Máximo. (FILMAFFINITY)
21 de junio de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Gran Dios! ¡Cuánto daño pueden hacer los padres cuando su balanza afectiva la inclinan hacia uno de sus hijos, y la indiferencia y el maltrato los cargan contra otro de ellos! ¡Luz para un hijo, sombra para el otro! Y siempre hay razones para justificar esto: Éste se parece mucho a mí y aquel no. Éste es muy obediente y el otro es un rebelde. Éste es un hombre correcto y aquel es un desadaptado. Ésta es una mujer deseada y aquella nació mujer cuando yo deseaba un hombre. Ésta es preciosa y aquella es una feucha…

Lo que no suelen entender los padres, es que cada hijo nace distinto; cada uno es como lo necesitamos para nuestro proceso; y así como cada uno es, nos está necesitando fervientemente para que le ayudemos a salir adelante. No somos los padres los que podemos decidir qué suerte de hijos tener, ni pueden los hijos elegir a sus padres. El universo nos junta a los unos con los otros, según las esperanzas que guarde con cada uno; según sea lo que hayamos avanzado en vidas anteriores; y siempre con la confianza de que, cada quien, haga muy bien su papel para que contribuya a la evolución humana.

O acaso no sabemos que, algunos hijos preferidos se vuelven exitosos porque tuvieron apoyo, afecto a borbotones y autoestima en abundancia, pero, son más las ocasiones en que, los hijos preferidos resultan un fracaso, porque se les suben los humos, se vuelven arrogantes, y hacen cualquier cosa para seguir aplastando al hermano(a), sobre todo cuando éste demuestra que va camino de superarlo. Los hijos ignorados, pero de fuerte carácter, usan este rechazo para tomar impulso y demostrar que valen; pero los más débiles e inestables emocionalmente, se llenarán de odio, se tornarán resentidos, y asumirán muy pronto acciones destructivas contra su familia y la sociedad.

Realmente, Maximus no era hijo del emperador Marco Aurelio, pero fue su preferido. Recibió más de lo que esperaba de la vida y por eso fue leal. Commodus, por su parte, era hijo legítimo del César, pero al no retomar sus banderas, recibió indiferencia y repudio. Sintiendo que se le arrebató Todo lo que le pertenecía por derecho propio, el hijo rechazado decide usurpar el poder… y estará dispuesto a acometer las acciones que le sean necesarias para poder preservarlo.

Imparcialmente visto, esto es humano; inaceptable pero comprensible; y el director, Ridley Scott, ha sabido captar estas esenciales condiciones del alma, para recrear, primero, uno de los más deplorables y atroces episodios históricos de la humanidad; y después, una de las más lesivas formas de relaciones humanas, causal primigenia de muchas de las grandes desgracias que han ocurrido en el mundo.

Apreciable por su gran solvencia técnica; con impecables actuaciones de, Joaquín Phoenix, Connie Nielsen, Derek Jacobi y Russell Crowe; y sirviéndose de una especial banda sonora con temas de Hans Zimmer y la magnífica voz de Lisa Gerrard, capaces de mover en nosotros fibras muy profundas, siento que, Ridley Scott, ha hecho con, <<GLADIATOR>>, un filme que hará historia. ¡Y qué bueno que consiguiera motivar unas cuantas reflexiones en familia!

Gran autorreconocimiento el expresado por Marco Aurelio: “Tus defectos como hijo, son mis errores como padre”.

Título para Latinoamérica: <<GLADIADOR>>
Luis Guillermo Cardona
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