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Voto de Luis Guillermo Cardona:
7
Drama La vida de Galileo, desde el comienzo de sus conflictos con la Iglesia Católica, su relación con Giordano Bruno y su abjuración final. (FILMAFFINITY)
24 de septiembre de 2019
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡359 años, 4 meses y 9 días!, tardó la iglesia católica en admitir que, la sentencia de la Inquisición que condenó a Galileo Galilei a adjurar de sus “errores” para luego llevarlo a prisión, fue un despropósito contra la ciencia y contra un hombre de enorme valía en los avances astronómicos, al que también se ha llamado, “el padre de la física moderna”.

El 30 de octubre de 1992, tras haber estudiado el caso durante ¡11 años!, el papá Juan Pablo II admitió que, los jueces de Galileo, "creyeron erróneamente que la adopción de la revolución copernicana socavaba la tradición católica. Ese error de juicio, que hoy nos parece tan claro, les indujo a una medida disciplinaria por la que, Galileo, sufrió mucho". Pero, el veredicto del papa es absolutorio para la Inquisición, pues, “todos los implicados en el juicio, sin excepción, tienen derecho al beneficio de la buena fe, ya que no existen documentos procesales que demuestren lo contrario”.

A Galileo le debemos el perfeccionamiento del telescopio, y con éste, el descubrimiento de nuevas estrellas; el primer visionado de las montañas de la luna; la prueba de las manchas solares; la comprobación de las fases de Venus y de los satélites de Júpiter (que conmocionó a Europa) … pero, fue la segunda gran víctima (después de Giordano Bruno) del arzobispo e inquisidor Roberto Belarmino quien, en tiempos de la Contrarreforma, defendió la fe y el dogma católico de tal manera que fue llamado, “El martillo de los herejes”… y ¡sorpréndanse, Pío XI lo beatificó en 1923 y lo canonizó en 1930!

Los progresos de Galileo, su amistad con el brillante filósofo, teólogo y astrónomo, Giordano Bruno, y el humillante y vergonzoso proceso del que, cada uno, fue víctima en su momento, es lo que vamos a ver recreado en este filme de Liliana Cavani, con el cual rememora a dos grandes celebridades de la ciencia, víctimas del fanatismo.

Un calificado reparto que incluye a Cyril Cusack como Galileo; a Georgi Kaloyanchev, en el rol de Bruno, y a Nicolay Doychev, en cabeza de Belarmino, logra mantener el interés en una trama que, quizás, peca de un exceso de diálogos, pero, que logra hacerse comprensible porque estos discurren en términos bastante accesibles y hasta con citas de las que oíamos en el bachillerato.

Liliana Cavani, se ocupó del guion junto a Tullio Pinelli, Fabrizio Onofri y George Higgins III, y lo logrado con, <<GALILEO>>, es digno de verse, porque hace memoria de esa suerte de hechos por los que, la iglesia católica, cada día pierde más, y más, y más adeptos.
Luis Guillermo Cardona
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