Siempre se espera que las personas brillantes sean también sanas, sensatas, sobrias y equilibradas… pero, no nos queda más que aceptarlo: Las personas notables e inteligentes son también seres humanos. Tienen, como todos, su polo de sombra y cada tanto cometen por igual uno que otro descarrío. ¿Por qué ocurre esto? Sencillamente, porque la capacidad intelectual no va estrechamente ligada con la moral, y con frecuencia, el intelecto libera de convencionalismos, desata cualquier prejuicio y fomenta un deseo de experimentación que pareciera buscar el conocimiento directo. Estrictamente hablando, puede haber más amoralidad en un intelectual escéptico que la que puede haber en un iletrado con formación espiritual, pero aquel, con su pasión y su potencial creativo, quizás logre mayor trascendencia que la que puede alcanzar un ser suave y pasivo.

Grady Tripp, es un profesor de inglés que tuvo su gran momento cuando publicó el primer libro “Hija de pirómano”. En su casa le ha alquilado un espacio a su preciosa alumna Hannah (Katie Holmes), y tras verse involucrado junto a otro alumno suyo, James Leer (Tobey Maguire) en el asesinato del perro de Walter Gaskett, esposo de la rectora (su amante) y en la desaparición de un abrigo de ésta que perteneció nada menos que a Marilyn Monroe, también Leer termina ocupando el sofá de su casa. Y tras ellos, llegará nada menos que Terry Crabtree, el editor, a la espera de un segundo libro que, se supone, el profesor está a punto de terminar… y tras algo más que ahora lo atrae sensiblemente.

Será un fin de semana para incentivar unos lazos de amistad que parecen estrecharse, para desahogar sentimientos reprimidos y deseos encontrados, y sobre todo, para reflexionar sobre la vida y sobre los propósitos que los alientan en ella. Con fluidos y atractivos diálogos, y con una que otra frase certeramente punzante, de cada personaje va emergiendo parte de su esencia, logrando que sus potenciales y sus puntos débiles, se asomen a la superficie hasta delinear un conjunto humano bastante llamativo.

En su polaridad, acogemos su riqueza intelectual; en sus liviandades, reconocemos su espíritu solidario y su interés por el bien común; y en sus frustraciones, percibimos su espíritu creativo y su afán de seguir adelante contra todos los escollos. Entre ellos, aprenderán a conocerse y a aceptarse tal como son, y eso, bien seguro, creará un lazo indesligable que, en los mejores casos, recibe el nombre de Amistad.

Basado en la novela “Chicos prodigiosos” de Michael Chabon (premio Pulitzer 2001 por “Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay”), el director Curtis Hanson, consigue una notable aventura humana donde pesa tanto la interioridad de sus personajes, que quizás consigamos ver que, es la dualidad que hay en cada uno, la que potencia la sal de la vida y la que hace visible la grandeza de las relaciones.

Excelentes actuaciones de todo el conjunto. Plausible dirección. Una refrescante historia.

Título para Latinoamérica: “FIN DE SEMANA DE LOCOS”