El cine admite tantísima variedad de propuestas temáticas y tantas formas de presentar las ideas que un director se propone transmitir, que uno nunca termina de sorprenderse. A mi manera de ver, <<UN DOMINGO CUALQUIERA>>, es de esa clase de películas –que no abundan porque implican un alto riesgo económico y de crítica- que se hicieron con el propósito de dejar rigurosamente plasmada una de esas actividades humanas que, como en el caso del fútbol “americano” (american football), han sido ampliamente cuestionadas. Es la clase de película que jamás volvería a ver por motivos recreativos, pero, siento que, indudablemente, es una película necesaria.

Aunque se juega en México, Canadá, y con menor representatividad en otros países, ésta clase de fútbol de contacto violento, ha generado serios debates contra la NFL (National Football League), pues, se han presentado algunos jugadores con lesiones cerebrales y varios centenares han tenido que abandonar sus equipos por las más variadas lesiones corporales… y lo más lamentable, es que cada vez gana más adeptos en los EE.UU., aunque por suerte, en América Latina, no ha logrado -¡y ojalá nunca lo logre!- superar al fútbol clásico que, con ciertas reservas, es mucho más civilizado.

Derivado del rugby inglés, la rudeza de este deporte obliga a que sean seleccionados hombres de alta estatura, gran corpulencia física (prácticamente fisicoculturistas) y con un instinto agresivo natural, ya que cada partido es una suerte de pelea de gladiadores con toda suerte de choques aparatosos.

Lo que ocurre en estos partidos; las muchas cosas que suceden en los camerinos, y algunos intríngulis de este deporte, se sumarán a los efectos sociales (familia, medios, vida privada y licenciosa)… y al final uno queda con la sensación de que, el llamado fútbol “americano” no es para aquellos que preferimos el deporte limpio y la no-violencia.

Jugando a convencernos de que a él si le interesa este deporte, el director Oliver Stone, quien además escribiera el guion junto a Daniel Pyne y John Logan, basados en la novela, “On Any Given Sunday” de Pat Toomay -uno de esos jugadores que ha debido retirarse por lesiones físicas-, asume el rol de un locutor que, en cada plano, se muestra “entusiasmadísimo” con lo que sucede en el campo de juego… pero, cada escena de la película se empeña en que nos sintamos fastidiados con lo que vemos y, salvo pequeños momentos donde aflora ese aliento de humanidad que todavía subsiste en los personajes protagónicos, el grueso del filme nos deja sin el menor interés en volver a saber de ese “deporte”.

En este sentido, es indudable que, <<UN DOMINGO CUALQUIERA>>, logra claramente su cometido y resulta un filme de particular valía que, quizás necesite unos cuantos años -¡ojalá no muchos, solo hasta cuando la humanidad alcance por fin la civilización!-, para que podamos verlo como un filme antropológico que da cuenta del atraso en que vivía la sociedad del siglo XX ¿y XXI?

No encontrarás aquí a un personaje a quien amar; aunque algunos te fastidien, tampoco se nos alienta a que les podamos odiar… pero sí vemos una suerte de existencias que muy poco aportan a la paz del mundo y mucho menos a la Unicidad; y creo que esto es, en definitiva, lo que, Oliver Stone, quiere decirnos con su película, pues, es definitivo que, el fútbol “americano” estimula la permanencia del primitivismo social.