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Voto de Luis Guillermo Cardona:
5
Drama A sus trece años, Catalina empezó a asociar la prosperidad de las niñas de su barrio con el tamaño de sus tetas. Pues quienes las tenían pequeñas, como ella, tenían que resignarse a vivir en medio de las necesidades y a estudiar o trabajar de mesera en algún restaurante de la ciudad. En cambio, quienes las tenían grandes como Yessica o Paola, se paseaban orondas por la vida, en lujosas camionetas, vestidas con trajes costosos y ... [+]
22 de agosto de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recrear la deplorable y atroz relación que suele darse entre la mafia colombiana y las muchachas de barrio y de colegio quienes, por dinero y por acceder a los lujos que aquellos les ofrecen, arruinan sus vidas en ambientes donde pululan el mal trato y los más temibles riesgos, no sólo tiene sentido y es imperativo hacerlo porque no podemos seguir indiferentes ante la gravosa ruina de nuestra juventud, sino que debe repetirse aunque, para algunos, mostrar la realidad signifique dejar mal parado al país ante la comunidad internacional.

Lamentablemente, no hemos contado con realizadores que sepan narrar sus historias con el debido contraste que permita ver el lado amable de nuestra querida Colombia, al tiempo que bordan tan descarnadamente sus sombras y sus tragedias. Todo lo que nos han contado en películas como “Rodrigo D. No Futuro”, “La Vendedora de Rosas”, “La Virgen de los Sicarios” y otras tantas, es de una sola tinta. Al momento de contar el degradante suceso que da vueltas en sus cabezas, los autores se inmiscuyen tanto en el drama, que se olvidan por completo de que, contra todo, en nuestra tierra hay más alegría, progreso y fraternidad que todas las manchas que puedan señalarse... y claro, no faltará aquel que sabe que el sensacionalismo vende y se dedica a este propósito con el único afán de hacer dinero, como otros lo hacen vendiendo coca.

<<SIN TETAS NO HAY PARAÍSO>>, resulta también insuficiente. Obedece a otro tipo de caso, pues, aquí el escritor y realizador, Gustavo Bolívar, cae en la trampa de mostrar cierta complacencia con aquello que enseguida cuestiona, y así, el filme resulta de un exhibicionismo gratuito y oportunista; muestra demasiados atractivos de la vida mafiosa, contrastados con muy pocos rasgos abominables; e infortunadamente, está hecho con una estructura de telenovela y con algunas actuaciones tan deficientes –excepción de Linda Lucía Callejas, Ramiro Meneses y uno o dos más- que parece un artificioso montaje de amigos y no una película donde, por encima de todo, prime el profesionalismo... y no cabe apelar aquí a la falta de recursos, porque es evidente que presupuesto hubo para decenas de chicas y para grandes montajes… pero sólo escaseó para acceder a intérpretes de mayor profesionalismo o, cuando menos, mejor preparados.

Contra todo, del filme es rescatable que nos permite advertir que, el camino del dinero fácil y la prostitución no sirve para crear un bello paisaje existencial, ni mucho menos para poder vivir en paz. Pues, todo aquello en lo que te dañes a ti mismo o dañes a los demás, por atractivo y promisorio que resulte inicialmente, la consecuencia final es el dolor y la ruina de todo lo que más amas.
Luis Guillermo Cardona
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